Días anteriores a la muerte de la hembra, el grupo de chimpancés estuvo muy silencioso y le prestó mucha atención, y justo antes de morir fue acicalada y acariciada.
Los chimpancés perciben la muerte de modo muy similar a los humanos, según científicos británicos que observaron los mimos de un grupo de primates a una vieja hembra moribunda y la desgarradora reacción de dos madres tras perder a sus bebés por una enfermedad respiratoria.
Ambos estudios, que ofrecen una rara visión del comportamiento de los chimpancés ante la muerte, aparecen publicados en la revista científica Current Biology, que difunde en Youtube los videos de los chimpancés.
Existen pocos testimonios de la respuesta de un chimpancé cuando muere un miembro de su grupo, aunque se sabe que las madres no se separan de sus bebés muertos durante largo tiempo y que la pérdida repentina de un adulto causa conmoción, según el psicólogo James Anderson, autor de uno de los estudios.
Anderson y su equipo de la universidad escocesa de Stirling observaron en un video a un grupo de chimpancés durante la agonía de "Pansy", una hembra vieja del Blair Drummond Safari Park, a una hora de Edimburgo y de Glasgow.
En los días anteriores a la muerte de la hembra, el grupo estuvo muy silencioso y le prestó mucha atención, y justo antes de morir fue acicalada y acariciada por sus congéneres.
Los chimpancés parecieron buscar en ella signos de vida una vez fallecida para corroborar el óbito, y aunque poco después se marcharon, su hija se quedó con ella toda la noche.
El grupo mantuvo una actitud respetuosa y callada cuando el cadáver fue retirado por los cuidadores y durante varios días los chimpancés evitaron dormir sobre la plataforma donde se produjo la muerte, pese a ser un lugar preferido para descansar.
"En general, hallamos varias similitudes entre el comportamiento de los chimpancés hacia la hembra antes y después de su muerte y las reacciones de los seres humanos ante la desaparición de un miembro anciano de la comunidad o de un familiar, pese a que los chimpancés no tienen creencias religiosas o rituales funerarios", señaló Anderson.
El psicólogo explicó a Efe que en un entorno salvaje los animales enfermos o heridos, al no poder seguir al resto del grupo en busca de alimentos, tienden a "desaparecer" por la noche -probablemente en busca de un lugar apartado para morir o al ser atrapados por un depredador-, por lo que es difícil observarlos en estas circunstancias.
En este caso fue posible filmarlos porque los chimpancés no se vieron obligados a abandonar el cuerpo para ir en busca de alimentos, dijo.
Y el científico afirmó que posiblemente la existencia de una "base" segura en la que hallar comida es fácil permitió a los primeros seres humanos adoptar un nuevo tipo de respuesta ante la muerte.
En el segundo estudio, la doctora Dora Biro de la universidad de Oxford y sus colegas asistieron a la muerte de cinco miembros -dos de ellos bebés- de una comunidad semiaislada de chimpancés en los bosques de Bossou, en Guinea.
Biro subrayó la "extraordinaria" reacción de las madres ante la pérdida de sus hijos, ya que siguieron transportando los cadáveres durante 19 días en un caso y 68 días en el otro.
Durante ese periodo de tiempo los cuerpos se momificaron y fueron objeto de los mismos cuidados que en vida por parte de las madres.
"Dudo de que cualquier científico que estudie a los primates sugiera que no tienen un rango de sentimientos similar al de los humanos", declaró Anderson, quien recordó que los chimpancés pueden entrar en una profunda depresión por la muerte de una pareja o un familiar cercano. EFE
Ambos estudios, que ofrecen una rara visión del comportamiento de los chimpancés ante la muerte, aparecen publicados en la revista científica Current Biology, que difunde en Youtube los videos de los chimpancés.
Existen pocos testimonios de la respuesta de un chimpancé cuando muere un miembro de su grupo, aunque se sabe que las madres no se separan de sus bebés muertos durante largo tiempo y que la pérdida repentina de un adulto causa conmoción, según el psicólogo James Anderson, autor de uno de los estudios.
Anderson y su equipo de la universidad escocesa de Stirling observaron en un video a un grupo de chimpancés durante la agonía de "Pansy", una hembra vieja del Blair Drummond Safari Park, a una hora de Edimburgo y de Glasgow.
En los días anteriores a la muerte de la hembra, el grupo estuvo muy silencioso y le prestó mucha atención, y justo antes de morir fue acicalada y acariciada por sus congéneres.
Los chimpancés parecieron buscar en ella signos de vida una vez fallecida para corroborar el óbito, y aunque poco después se marcharon, su hija se quedó con ella toda la noche.
El grupo mantuvo una actitud respetuosa y callada cuando el cadáver fue retirado por los cuidadores y durante varios días los chimpancés evitaron dormir sobre la plataforma donde se produjo la muerte, pese a ser un lugar preferido para descansar.
"En general, hallamos varias similitudes entre el comportamiento de los chimpancés hacia la hembra antes y después de su muerte y las reacciones de los seres humanos ante la desaparición de un miembro anciano de la comunidad o de un familiar, pese a que los chimpancés no tienen creencias religiosas o rituales funerarios", señaló Anderson.
El psicólogo explicó a Efe que en un entorno salvaje los animales enfermos o heridos, al no poder seguir al resto del grupo en busca de alimentos, tienden a "desaparecer" por la noche -probablemente en busca de un lugar apartado para morir o al ser atrapados por un depredador-, por lo que es difícil observarlos en estas circunstancias.
En este caso fue posible filmarlos porque los chimpancés no se vieron obligados a abandonar el cuerpo para ir en busca de alimentos, dijo.
Y el científico afirmó que posiblemente la existencia de una "base" segura en la que hallar comida es fácil permitió a los primeros seres humanos adoptar un nuevo tipo de respuesta ante la muerte.
En el segundo estudio, la doctora Dora Biro de la universidad de Oxford y sus colegas asistieron a la muerte de cinco miembros -dos de ellos bebés- de una comunidad semiaislada de chimpancés en los bosques de Bossou, en Guinea.
Biro subrayó la "extraordinaria" reacción de las madres ante la pérdida de sus hijos, ya que siguieron transportando los cadáveres durante 19 días en un caso y 68 días en el otro.
Durante ese periodo de tiempo los cuerpos se momificaron y fueron objeto de los mismos cuidados que en vida por parte de las madres.
"Dudo de que cualquier científico que estudie a los primates sugiera que no tienen un rango de sentimientos similar al de los humanos", declaró Anderson, quien recordó que los chimpancés pueden entrar en una profunda depresión por la muerte de una pareja o un familiar cercano. EFE
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