La variante XFG, conocida como 'Frankenstein' por su combinación de sublinajes de ómicron, fue detectada en Argentina y Brasil. Aunque no es más grave ni contagiosa, los expertos instan a mantener la vacunación al día y reforzar medidas preventivas.
Autoridades sanitarias de Argentina confirmaron esta semana la detección de la variante XFG de la COVID-19 coronavirus, conocida como 'Frankenstein' debido a que es producto de una recombinación genética.
Esta cepa, que ya circula en Brasil desde mediados del mes pasado, fue identificada en un 3,37% de las muestras analizadas entre marzo y julio de 2025, según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) de Argentina.
A nivel mundial, la variante está presente en 38 países, con un aumento notable en Asia, Europa y América.
¿Qué es la variante 'Frankenstein'?
La variante XFG es una recombinación de dos subvariantes de ómicron (LF.7 y LP.8.1.2), lo que le ha valido el apodo de 'Frankenstein' por su naturaleza híbrida.
Según el BEN, esta cepa fue detectada en Argentina a partir de muestras recolectadas en 14 jurisdicciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasifica como una “variante bajo monitoreo” debido a su rápido crecimiento. No obstante, a pesar de su expansión, los especialistas descartan que sea más contagiosa o letal.
Elena Obieta, una infectóloga de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) citada por el diario argentino La Nación, explicó que la cepa no parece causar una enfermedad más grave ni afectar más severamente los pulmones.
En Argentina, la detección de XFG no se ha asociado con un aumento de hospitalizaciones ni con casos más graves.
Síntomas de la variante 'Frankenstein'
Los síntomas asociados con la variante 'Frankenstein' son similares a los de otras subvariantes de ómicron, aunque algunos reportes destacan características específicas. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Dolor de garganta intenso
- Fiebre
- Tos seca
- Fatiga
- Malestar general
- Congestión nasal
- Disfonía o ronquera
- Síntomas gastrointestinales como diarrea o dolor abdominal
Ángela Gentile, jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, señaló a La Nación que algunos pacientes podrían experimentar pérdida de audición, debilidad extrema, boca seca, erupciones cutáneas e irritación. Sin embargo, el mismo medio señala que los especialistas han aclarado que la circulación de esta variante aún no tiene un impacto significativo en los consultorios locales.
Transmisibilidad y gravedad
La OMS evaluó el riesgo para la salud pública como bajo. En Argentina, la detección de XFG no se ha asociado con un aumento de hospitalizaciones ni con casos más graves. Un infectólogo citado por La Nación afirmó que la variante no representa un riesgo significativo, salvo para personas con comorbilidades persistentes o adultos mayores.
En las últimas semanas, la circulación del virus en Argentina se mantiene baja. Según el BEN, en la semana epidemiológica 30 (20 al 26 de julio de 2025), solo se registraron ocho casos positivos de COVID-19 entre 80 muestras analizadas por PCR.
Importancia de la vacunación
Los expertos coinciden en que las vacunas actuales ofrecen protección efectiva contra la variante XFG, previniendo casos graves. Hugo Pizzi, infectólogo de la Universidad Nacional de Córdoba, destacó que las personas vacunadas podrían presentar síntomas leves, pero no desarrollarían cuadros severos.
El Ministerio de Salud de Argentina recomienda refuerzos según el nivel de riesgo:
Alto riesgo (personas de 50 años o más, embarazadas, inmunocomprometidos): una dosis de refuerzo cada seis meses.
Riesgo intermedio (menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras, personal de salud, personal estratégico): una dosis cada seis meses, luego anualmente.
Riesgo bajo (personas de 6 meses a 49 años sin comorbilidades): una dosis anual.
Además de la vacunación, los especialistas recomiendan retomar hábitos de prevención básicos, especialmente en grupos de riesgo. Estos incluyen ventilar ambientes, evitar el contacto físico al presentar síntomas y mantener una buena higiene respiratoria. Estas medidas, que se popularizaron durante la pandemia, siguen siendo esenciales para reducir la transmisión.