Florencio Ávalos, Mario Sepúlveda, Juan Illanes, Carlos Mamani, Jimmy Sánchez, Osmán Araya, José Ojeda, Claudio Yañez, Mario Gómez y Alex Vega fueron los primeros en ver la luz después de 69 días bajo tierra.
Chile celebra el éxito del histórico operativo para rescatar a los mineros atrapados en la mina San José, cuando ya son diez los trabajadores que han salido a la superficie tras 70 días encerrados a 700 metros de profundidad.
Álex Vega Salazar, un mecánico de maquinaria pesada, de 31 años, se convirtió hoy en el décimo de los 33 mineros atrapados desde el pasado 5 de agosto en salir de la mina, en aparente buen estado de salud, como los demás, según el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
"Las cosas van extraordinariamente bien hasta el momento", indicó el ministro, quien precisó que incluso los mineros que aún no han sido rescatados "tienen una situación anímica tranquila", a pesar de que "están cansados y les quedan todavía largas horas de espera para salir a la superficie".
Mañalich dijo que todos los mineros serán hospitalizados al menos dos días en la ciudad de Copiapó, en cuyo hospital ya fueron ingresados los primeros trabajadores evacuados de la mina, y consideró "poco probable" que alguno "se niegue a recibir esta medidas mínimas de precaución".
También aseguró que el paréntesis de 48 minutos que se produjo después del sexto rescate (Osmán Araya) no se debió a un fallo de la cápsula de evacuación "Fénix 2", sino que el plan contempla detenciones preventivas para el mantenimiento del aparato.
A los ojos del mundo, el rescate comenzó cuando Florencio Ávalos hizo historia al aparecer a las 0:10 horas locales (03:10 GMT) en la superficie y convertirse en el primer minero en recuperar la libertad.
Este joven de 31 años emergió de la cápsula tras un recorrido de apenas 15 minutos por el pozo que durante 33 días excavó la perforadora Scramm T-130, apodada "La Liebre" por los rescatadores, por la rapidez de su trabajo.
Millones de espectadores de todo el mundo tuvieron oportunidad de presenciar como Ávalos (con gafas negras para evitar la luz) mantenía una gran serenidad, a diferencia de su pequeño hijo Byron, que le esperaba con su esposa, Mónica Araya, y su otro hijo, Alex.
Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertó al campamento "Esperanza" de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito.
Con la presencia del presidente chileno, Sebastián Piñera, que no quiso perderse esos primeros momentos, la emoción, las lágrimas y los abrazos se repitieron cada vez que un nuevo minero vio la luz.
Uno de los que mayor sentido del humor mostró en esos intensos instantes fue el segundo en salir, Mario Sepúlveda, un electricista de 39 años que provocó las carcajadas del campamento con sus gritos durante el trayecto que le llevaba a la superficie.
Antes de abandonar la cápsula, gritó "¡Viva Chile, mierda¡" y empezó a regalar piedras que sacó de un morral que llevaba consigo.
En una comparecencia de prensa improvisada a los pocos minutos de la salida de Ávalos, Piñera puso a los 33 obreros como ejemplo de unidad, coraje y perseverancia a seguir por sus compatriotas para superar los problemas del país.
"Al igual que las víctimas del terremoto y que los que trabajan en la reconstrucción, (los mineros) demuestran que cuando Chile se une en la adversidad somos capaces de grandes cosas. Ojalá que su ejemplo se quede siempre con nosotros", apuntó.
El mandatario anunció que en el lugar que hoy ocupa el llamado "campamento Esperanza" se erigirá un memorial para que las futuras generaciones recuerden esta hazaña.
Además, aseguró que el yacimiento San José y otras minas en donde se han repetido los accidentes laborales no volverán a operar "hasta que no garanticen que la vida y la seguridad de sus trabajadores están resguardadas".
Con millones de personas pendientes del rescate, transmitido en directo por numerosas televisiones en todo el mundo, los mensajes de ánimo llegan desde todas partes, desde el Vaticano, donde el Papa encomendó a Dios "con esperanza" a los 33 mineros, hasta Sudáfrica, donde se ha destacado "el ingenio de la operación".
-EFE-
Álex Vega Salazar, un mecánico de maquinaria pesada, de 31 años, se convirtió hoy en el décimo de los 33 mineros atrapados desde el pasado 5 de agosto en salir de la mina, en aparente buen estado de salud, como los demás, según el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
"Las cosas van extraordinariamente bien hasta el momento", indicó el ministro, quien precisó que incluso los mineros que aún no han sido rescatados "tienen una situación anímica tranquila", a pesar de que "están cansados y les quedan todavía largas horas de espera para salir a la superficie".
Mañalich dijo que todos los mineros serán hospitalizados al menos dos días en la ciudad de Copiapó, en cuyo hospital ya fueron ingresados los primeros trabajadores evacuados de la mina, y consideró "poco probable" que alguno "se niegue a recibir esta medidas mínimas de precaución".
También aseguró que el paréntesis de 48 minutos que se produjo después del sexto rescate (Osmán Araya) no se debió a un fallo de la cápsula de evacuación "Fénix 2", sino que el plan contempla detenciones preventivas para el mantenimiento del aparato.
A los ojos del mundo, el rescate comenzó cuando Florencio Ávalos hizo historia al aparecer a las 0:10 horas locales (03:10 GMT) en la superficie y convertirse en el primer minero en recuperar la libertad.
Este joven de 31 años emergió de la cápsula tras un recorrido de apenas 15 minutos por el pozo que durante 33 días excavó la perforadora Scramm T-130, apodada "La Liebre" por los rescatadores, por la rapidez de su trabajo.
Millones de espectadores de todo el mundo tuvieron oportunidad de presenciar como Ávalos (con gafas negras para evitar la luz) mantenía una gran serenidad, a diferencia de su pequeño hijo Byron, que le esperaba con su esposa, Mónica Araya, y su otro hijo, Alex.
Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertó al campamento "Esperanza" de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito.
Con la presencia del presidente chileno, Sebastián Piñera, que no quiso perderse esos primeros momentos, la emoción, las lágrimas y los abrazos se repitieron cada vez que un nuevo minero vio la luz.
Uno de los que mayor sentido del humor mostró en esos intensos instantes fue el segundo en salir, Mario Sepúlveda, un electricista de 39 años que provocó las carcajadas del campamento con sus gritos durante el trayecto que le llevaba a la superficie.
Antes de abandonar la cápsula, gritó "¡Viva Chile, mierda¡" y empezó a regalar piedras que sacó de un morral que llevaba consigo.
En una comparecencia de prensa improvisada a los pocos minutos de la salida de Ávalos, Piñera puso a los 33 obreros como ejemplo de unidad, coraje y perseverancia a seguir por sus compatriotas para superar los problemas del país.
"Al igual que las víctimas del terremoto y que los que trabajan en la reconstrucción, (los mineros) demuestran que cuando Chile se une en la adversidad somos capaces de grandes cosas. Ojalá que su ejemplo se quede siempre con nosotros", apuntó.
El mandatario anunció que en el lugar que hoy ocupa el llamado "campamento Esperanza" se erigirá un memorial para que las futuras generaciones recuerden esta hazaña.
Además, aseguró que el yacimiento San José y otras minas en donde se han repetido los accidentes laborales no volverán a operar "hasta que no garanticen que la vida y la seguridad de sus trabajadores están resguardadas".
Con millones de personas pendientes del rescate, transmitido en directo por numerosas televisiones en todo el mundo, los mensajes de ánimo llegan desde todas partes, desde el Vaticano, donde el Papa encomendó a Dios "con esperanza" a los 33 mineros, hasta Sudáfrica, donde se ha destacado "el ingenio de la operación".
-EFE-
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