La decisión se produce ante polémica creada por mantener una polémica base militar estadounidense en la isla de Okinawa.
El primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, anunció su dimisión, tras las críticas recibidas por su decisión de mantener una polémica base militar estadounidense en la isla de Okinawa (sur de Japón).
Hatoyama, que llegó al poder hace solo ocho meses, tenía unos índices de popularidad de alrededor del 17 por ciento y algunos miembros de su partido, el Democrático (PD), habían pedido su dimisión ante la cercanía de las elecciones parciales al Senado, que se celebrarán a mediados de julio.
En un discurso televisado a los miembros de su partido, el jefe del Gobierno admitió que se ve obligado a renunciar al cargo por la polémica creada por la base estadounidense de Futenma y por varios escándalos financieros que han salpicado su mandato.
A la vez, justificó el mantenimiento de la base de Futenma en Okinawa en la necesidad de garantizar la seguridad en el Este de Asia y en Japón, y aseguró que su intención ha sido llevar a cabo una política "limpia" en su país.
Emocionado y al borde de las lágrimas, Yukio Hatoyama dijo que ha trabajado con una visión a largo plazo "difícil de entender" para la población japonesa.
El dirigente también pidió la dimisión del secretario general de su partido, Ichiro Ozawa, considerado uno de los hombres fuertes de la política japonesa y artífice de la victoria electoral de los demócratas en los comicios del 30 de agosto, que pusieron fin a más de medio siglo de Gobierno del Partido Liberal Demócrata (PLD).
El primer ministro insistió en que sus meses de Gobierno han supuesto "un cambio en la historia política de Japón" y reconoció que su gestión del traslado de la base estadounidense de Futenma ha "molestado" a la población de Okinawa.
En este sentido, insistió en que "la relación con Estados Unidos es muy importante" y es "la base de la paz" en el Este de Asia.
Por ahora se desconoce quién sustituirá a Hatoyama, si bien lo previsible es que el PD designe a su sucesor en una elección interna, como ocurrió desde 2006, pues los tres últimos primeros ministros de Japón, todos ellos del PLD, apenas duraron un año en el cargo.
Además de su escasa popularidad y la mala gestión del tema de Futenma, el mandato de Hatoyama, millonario y nieto del fundador de la empresa Bridgestone, se ha visto salpicado de algunas polémicas relacionadas con su elevado patrimonio.
Apenas un mes después de llegar al poder, Hatoyama tuvo que hacer frente a un escándalo financiero sobre donaciones políticas no declaradas, mientras Ozawa se vio envuelto en una polémica por fondos no declarados a una constructora.
EFE
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