El presidente filipino los acusó en su discurso de encubrir casos de abuso de menores y practicar "la homosexualidad".
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, llamó "hijos de puta" a los obispos del país, un ataque que acentúa su guerra contra la Iglesia Católica por la oposición de la institución a sus políticas y en especial a su campaña antidroga.
Los obispos filipinos "pidieron coches de lujo a Gloria (Macapagal-Arroyo, presidenta de 2001 a 2010) cuando la policía apenas tenía suficientes vehículos", criticó Duterte en un discurso televisado con motivo de la designación de nuevos cargos de la Policía Nacional (PNP).
"Tienen un (Mitsubishi) Pajero, son unos hijos de p***", continuó el presidente, famoso por su incontinencia verbal, durante la ceremonia en el palacio presidencial de Malacañán frente a cientos de funcionarios de la PNP.
Rodrigo Duterte instó a los religiosos a respetar "la separación entre Iglesia y Estado" que marca la Constitución y también les acusó en su discurso de encubrir casos de abuso de menores y practicar "la homosexualidad".
Se trata del segundo ataque de Duterte a la Iglesia en solo dos días, después de que el miércoles llamara "hipócritas" a sacerdotes y obispos y les invitara en tono sarcástico a probar el "shabú", la metanfetamina más popular del país, por oponerse a su polémica campaña antinarcóticos.
La "guerra contra las drogas", que ha causado más de 6.200 muertos desde junio a manos de policías y patrullas vecinales, se ha topado con una fuerte oposición de la Iglesia desde los púlpitos y a través de otras campañas como el despliegue de carteles de protesta en las parroquias. (EFE)
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