Hong Kong es escenario desde hace tres meses de manifestaciones prodemocracia, desencadenadas por la oposición a un proyecto de ley que permitiría las extradiciones a la China continental.
La jefa del gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, aseguró este martes que no tiene intención de renunciar, después de que saliera a la luz una grabación de audio en la que decía que quería dimitir y pedir perdón por provocar los disturbios que sacuden a la ciudad.
La excolonia británica es escenario desde hace tres meses de manifestaciones prodemocracia, desencadenadas por la oposición a un proyecto de ley que permitiría las extradiciones a la China continental, pero que derivaron en un movimiento prodemocracia más amplio.
Las manifestaciones degeneraron en algunos casos en violentos enfrentamientos entre los participantes y la policía, convirtiendo la situación en la peor crisis en Hong Kong desde su retrocesión a China en 1997.
"A lo largo de los tres últimos meses me dije a menudo que debería quedarme, junto con mi equipo, para ayudar a Hong Kong", dijo Lam en una rueda de prensa la mañana del martes.
La jefa del Ejecutivo local aseguró "no haber siquiera contemplado" la opción de abordar su renuncia con el gobierno chino, que concede a Hong Kong una cierta autonomía, aunque en lo esencial está a cargo del territorio.
El audio
Lam hizo estas declaraciones después de que la agencia de noticias Reuters publicara una grabación de audio en la que la jefa del Ejecutivo hongkonés le decía a líderes empresariales la semana pasada que quería renunciar y responsabilizarse por los altercados.
"Es imperdonable que un jefe de gobierno haya provocado tal caos en Hong Kong", se oye decir a Lam en la grabación.
"Si tengo la opción", añade, "lo primero es renunciar, habiendo presentado una profunda disculpa".
Lam señala también que tiene un margen "muy limitado" para resolver la crisis porque se ha convertido en una cuestión de seguridad nacional y soberanía para Pekín.
"El conflicto no existe"
Lam consideró que la filtración de la grabación es "inaceptable" y rechazó las acusaciones de que la hubiera orquestrado ella misma o su gobierno.
"El conflicto en el que yo quiero renunciar pero no puedo hacerlo no existe", aseguró.
Las manifestaciones del fin de semana pasado registraron algunos de los momentos de mayor violencia de esta crisis. Los manifestantes lanzaron ladrillos y cócteles molotov contra la policía, que respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua.
Desde el inicio de las protestas, en junio, se detuvo a más de 1,100 personas.
China respondió a la crisis con amenazas e intimidación. Algunos medios estatales publicaron videos en los que se ve a sus fuerzas de seguridad desplegadas justo en la frontera con Hong Kong.
AFP
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