Los violentos enfrentamientos entre simpatizantes y manifestantes antigubernamentales causaron cinco muertos, uno de ellos un diputado, y casi 200 heridos.
El primer ministro de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, renunció el lunes, poco después de los violentos enfrentamientos entre sus simpatizantes y manifestantes antigubernamentales que causaron cinco muertos, uno de ellos un diputado, y casi 200 heridos.
El alto funcionario, de 76 años, envió su carta de renuncia a su hermano menor, el presidente Gotabaya Rajapaksa, abriendo el camino para un "nuevo gobierno de unidad", afirmó su vocero Rohan Weliwita.
Miles de simpatizantes del gobierno, armados con palos y porras, atacaron el lunes a los manifestantes que acampan desde el 9 de abril delante de la oficina presidencial.
Horas antes, en el Temple Tree, en su residencia muy cercana a los despachos presidenciales, Mahinda Rajapaksa había prometido "proteger los intereses de la nación" ante unos 3 000 simpatizantes, traídos en autocares procedentes de zonas rurales. Al salir, atacaron las tiendas de campaña de los manifestantes y quemaron sus pancartas.
La policía lanzó gas lacrimógeno y recurrió a cañones de agua, y las autoridades decretaron inmediatamente un toque de queda.
Por la noche, se escucharon disparos procedentes de la residencia oficial del primer ministro.
Tragedia
Durante los altercados, en las afueras de la capital, un diputado del partido gobernante, Amarakeerthi Athukorala, abrió fuego contra unos manifestantes que bloqueaban su coche y mató a uno de ellos, según la policía. Luego intentó refugiarse en un edificio cercano, donde fue encontrado sin vida tras suicidarse. Su guardaespaldas también fue hallado muerto en el lugar, agregó la policía.
Otro político del partido gobernante, no identificado, abrió fuego contra un grupo de manifestantes en la localidad de Weeraketiya, en el sur, y mató a dos personas e hirió a cinco, según la policía.
Ciento ochenta y una personas fueron hospitalizadas, indicó un portavoz del Hospital Nacional de Colombo a la AFP. Además, se notificaron otros ocho heridos en otros puntos del país.
Desde hace meses, este pequeño país insular de 22 millones de habitantes del sur de Asia, independiente desde 1948, sufre de grave escasez de productos alimentarios, combustible y medicamentos.
El colapso económico comenzó a sentirse luego de que la pandemia del coronavirus cortara los ingresos por turismo y remesas.
La enorme deuda externa, estimada en 51 000 millones de dólares, llevó al gobierno a decretar el 12 de abril una moratoria de pagos.
Los manifestantes reprochan a los hermanos Rajapaksa en el poder de haber hundido el país en esta crisis y piden su dimisión.
El jefe de la oposición, Sajith Premadasa, intentó acercase a la zona de los enfrentamientos, pero fue atacado por la muchedumbre y tuvo que ser rápidamente evacuado por el personal de seguridad. (AFP)
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