Durante una semana, China se paraliza y cientos de millones de personas visitan sus lugares de procedencia para recibir el Año Nuevo Lunar cumpliendo estas tradiciones ancestrales, mezcla de superstición y costumbre, para alejar infortunios y atraer abundancia.
China dio hoy la bienvenida al Año Nuevo Lunar con numerosos festejos, banquetes y oraciones para celebrar llegada del dragón, considerado un símbolo de poder, vitalidad y buena fortuna en el zodiaco oriental.
En Pekín, centenares de personas acudieron esta mañana al Templo del Lama para prender varillas de incienso y acompañar a los monjes tibetanos en sus ofrendas, componiendo una de las ceremonias más icónicas de las que se celebran en todo el país para comenzar el también llamado Festival de la Primavera.
Mientras, las imágenes de dragones abarrotan escaparates, puertas y calles, en diferentes modalidades, en tiendas y en hogares, para cumplir con la costumbre de colgar figuras del nuevo signo, en este caso un animal mitológico venerado en China por su capacidad de controlar el viento y la lluvia para garantizar buenas cosechas.
El dragón, que sustituye al conejo, es adorado en China hasta el punto de que muchas parejas deciden tener hijos durante su año por los buenos auspicios que conlleva.
Las ciudades también lucen estos días todo tipo de farolillos, casi siempre de color rojo, símbolo de la buena suerte para los chinos.
Otro protagonista de la festividad son los "hongbao", sobres también de color rojo con dinero dentro y que se entregan a familiares y amigos para desear fortuna en el año entrante.
Se trata, además, de una forma de "esparcir" la buena suerte a quien la recibe, y lo que prima es más la intención que la cantidad.
Otra de las tradiciones es la de lanzar petardos y fuegos artificiales, encendidos para ahuyentar malos espíritus, aunque en grandes urbes como Pekín ya no pueden escucharse porque fueron prohibidos a fin de evitar mayor contaminación y por razones de seguridad.
Desplazamientos masivos
Durante una semana, China se paraliza y cientos de millones de personas visitan sus lugares de procedencia para recibir el nuevo año cumpliendo estas tradiciones ancestrales, mezcla de superstición y costumbre, para alejar infortunios y atraer abundancia.
Entre las prácticas también figura colgar recortes de papel para traer buena suerte a la familia o realizar una limpieza a fondo del hogar para dejar espacio a las buenas energías y a la prosperidad: este mes, la demanda de servicios de limpieza del hogar en China se disparó hasta un 300 % ante la llegada del Año Nuevo, una época en la que la tradición aconseja tirar cosas viejas.
La reunión familiar en China implica que millones de personas vuelven a sus ciudades de origen: las autoridades esperan que este año se produzcan casi 9 000 millones de desplazamientos para el período de 40 días conocido como "Chunyun", en los que los viajes son más frecuentes, lo que supone un incremento del 40 % respecto al año pasado y marca un récord histórico.
Las celebraciones están siendo masivas este año debido a que son las primeras desde que China relajó y después eliminó la severa estrategia de "cero covid", que mantuvo al país cerrado a cal y canto y con medidas higiénicas extremas desde el inicio de la pandemia.
No obstante, algunas provincias han tenido que extremar las medidas de precaución ante la mala previsión meteorológica, con precipitaciones de lluvia y nieve intensas durante el periodo de vacaciones por el Año Nuevo, que este año caen entre el 10 y el 17 de febrero.
El dragón, "fuerte, valiente y benévolo"
Aunque la mayoría de los comercios de la capital cierran estos días, hay quienes descansan sin moverse de Pekín o trabajan durante los días festivos para sacarse un buen dinero.
Entretanto, el presidente chino, Xi Jinping, pronunció anoche un discurso para saludar a todos los chinos por las fiestas en el que reconoció que el gigante asiático ha atravesado una época difícil, con "un entorno internacional excepcionalmente complicado y arduas tareas de reforma y mantenimiento de la estabilidad".
"Con todo, aunamos fuerzas, superamos múltiples desafíos y progresamos en nuestro viaje para hacer de China un país moderno", aseveró el mandatario.
Xi comentó que China ha "agregado certeza y energía positiva a un mundo de cambio y desorden", pero pidió "esfuerzos" para "animar el espíritu emprendedor y la creatividad" este año en un momento de gran incertidumbre económica entre la población.
"El dragón personifica el espíritu de autosuperación, el trabajo duro y el empuje de la nación china desde hace 5 000 años. También es un símbolo de la determinación y la aspiración de millones de chinos de tener un país fuerte. El dragón, como emblema de China, es fuerte, valiente y benévolo", apuntó. (Con información de EFE)
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