El régimen de Xi Jinping envió protestas diplomáticas a todos los países que expresaron sus condolencias por la muerte del nobel de la Paz.
El Gobierno chino consideró que ningún país está “en posición de hacer comentarios inapropiados” sobre el caso del nobel de la Paz Liu Xiaobo, fallecido ayer en un hospital bajo custodia policial.
“La gestión del caso de Liu Xiaobo es parte de los asuntos internos de China, y los países extranjeros no están en posición de realizar comentarios inapropiados”, manifiestó en un comunicado un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang.
Geng insistió en que China dedicó “todos sus esfuerzos” a tratar a Liu Xiaobo por razones humanitarias y en base a la ley después de que fuera diagnosticado con un cáncer de hígado en fase terminal.
“China es un Estado de Derecho. Pedimos a los países correspondientes que respeten la soberanía judicial de China y que no interfieran en los asuntos internos de China a través de este caso individual”, añade el comunicado, en el que se recuerda que Liu fue condenado por “violar la ley china”.
El disidente y escritor murió en el hospital bajo fuertes medidas de seguridad, después de que fuera excarcelado recientemente por razones médicas y sin que las autoridades le concedieran buscar tratamiento en el extranjero como deseaba.
Liu fue detenido en 2008 y condenado el 25 de diciembre de 2009 a 11 años de prisión por "incitar a la subversión", tras ayudar a redactar un manifiesto político que pedía reformas democráticas al régimen.
Numerosas ONG en defensa de los derechos humanos así como los Gobiernos de EE.UU. o Alemania pidieron su liberación incondicional pero Pekín desoyó sus peticiones y le mantuvo bajo estricta vigilancia en el centro hospitalario junto a un grupo reducido de familiares. (Con información de EFE)
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