El 15 de febrero del 2018, Zhang Koukou mató a su vecino Wang Zixin, de 70 años, y a dos de sus tres hijos, uno de ellos el principal responsable de la muerte de su madre, ocurrida en 1996.
China condenó a muerte a un hombre acusado de matar a tres vecinos en la Fiesta de la Primavera del año pasado, en venganza por la muerte de su madre a manos de uno de ellos en 1996.
Según el rotativo oficial China Daily, el hombre de 36 años, llamado Zhang Koukou, ha sido sentenciado a la pena capital por el Tribunal Popular Intermedio de Hanzhong, en la provincia de Shaanxi (centro de China), que ha subrayado la "crueldad" del crimen pese a que el mismo Zhang se entregó a las autoridades dos días después.
El 15 de febrero del 2018, coincidiendo con la celebración del Año Nuevo Lunar, Zhang mató a su vecino Wang Zixin, de 70 años, y a dos de sus tres hijos, Wang Xiaojun, de 46 años, y Wang Zhengjun, principal responsable de la muerte de la madre de Zhang, de 40.
"El acusado ha cometido los crímenes de homicidio intencionado y de destrucción de propiedad. Pese a que se entregó, hemos decidido no otorgarle un castigo más laxo debido a su comportamiento cruel, que ha tenido enormes efectos negativos para la sociedad", subrayó el tribunal durante el juicio oral.
Zhang y su familia ya han anunciado que apelarán la sentencia, pese a que el año pasado tanto el Tribunal Intermedio como el Superior de la provincia desestimaron sus recursos.
El recuerdo de la madre asesinada
Los hechos por los que Zhang llevó a cabo su venganza se remontan al año 1996, cuando su madre, Wang Xiuping, murió tras una discusión con Wang Zhengjun, el menor de los tres hermanos, quien la golpeó con un trozo de madera en la cabeza.
El joven de los Wang, que en ese momento tenía 17 años, fue condenado entonces a pasar siete años en la cárcel por "agresión intencionada" y a pagar una indemnización de 9.600 yuanes, unos 1.225 euros, una pena más laxa de lo habitual por la edad del acusado y por las dificultades económicas de su familia.
Zhang Koukou, que por aquel entonces tenía 13 años, señaló durante el juicio que desde entonces no pudo abandonar la idea de vengarse. "Si Wang Zhengjun no hubiera golpeado a mi madre no la habría perdido. Su muerte me ha perseguido durante todos estos años", afirmó. "Mi mente se quedó en blanco y no pude controlarme cuando vi a los dos hermanos el 15 de febrero del año pasado".
La venganza
Durante el juicio, los fiscales relataron que en esa fecha Zhang siguió a los dos hermanos mientras volvían a casa del cementerio, y les asestó varias puñaladas hasta causarles la muerte. Después se dirigió a la residencia familiar e hizo lo propio con el patriarca de la familia, Wang Zixin, y acto seguido quemó el coche de uno de los hermanos con gasolina. Dos días después se entregó a la Policía.
"El acusado estaba perturbado y furioso con la familia Wang", subrayó el tribunal, añadiendo que el crimen había sido planeado.
En cualquier caso, el último de los hermanos vivo, Wang Fujun, quien también participó en la discusión de hace 22 años, fue tajante al señalar que el "asesinato debe ser castigado". "Él (Zhang Koukou) debería ser condenado a muerte y ejecutado inmediatamente", manifestó. (EFE)
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