A pesar de su avanzada edad, el arquitecto Sun Jun fue el asesor principal en la construcción de la colosal estructura que une China continental con Hong Kong y Macao.
Un hombre chino de 93 años llamado Sun Jun sumó un hito más a su dilatada carrera en la construcción de proyectos gigantescos al participar como arquitecto en la construcción del macropuente que se inauguró esta semana para unir varias ciudades del sur de China. El diario local Shine publicó este viernes la historia de este arquitecto, exacadémico de la Universidad de Tongji de Shanghái, que fue asesor principal en la construcción del Puente Hong Kong-Zhuhai-Macao, el puente marítimo más largo del mundo, que se inauguró oficialmente este miércoles.
Bajo la guía de Sun, Xu Wei, un profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de Tongji y estudiante suyo, se hizo cargo de la asistencia técnica para la construcción del puente y juntos ayudaron a "ahorrar una enorme suma de dinero que una empresa de arquitectura extranjera quería cobrar", según el artículo. Según explicó Lin Ming, uno de los gerentes del proyecto, los expertos de la Universidad de Tongji hicieron varias contribuciones para resolver las principales dificultades durante la construcción del puente.
Una vinculada a grandes proyectos
Lin inicialmente invitó a una empresa de arquitectura holandesa con experiencia para que interviniera como asistente técnico del proyecto y esta aceptó enviar a 26 expertos, pero quería cobrar 150 millones de euros (unos 171 millones de dólares). Así, pidió ayuda a la universidad, quien envió un grupo de expertos, entre ellos a Sun y Xu, que fueron asistentes técnicos en la construcción del túnel que tiene el puente y viajaron al sitio de la construcción más de 30 veces para comprobar los avances.
A sus 93 años, Sun ha dedicado su vida a trabajar en los gigantescos proyectos de construcción de China, entre ellos la autopista Qinghai-Tíbet, la presa de las Tres Gargantas, el puerto de aguas profundas de Yangshan y el túnel y el puente del río Yangtze. El puente más largo del mundo empieza en la isla de Lantau de Hong Kong, en paralelo al aeropuerto de la ciudad, y concluye en una isla artificial construida entre Macao y Zhuhai donde se encuentran los controles migratorios y desde donde salen barcos y canales subterráneos urbanos para facilitar el acceso a los pasajeros.
EFE
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