Según The New York Times, la rutina diaria del presidente de los EE.UU. difiere mucho de la de sus antecesores.
Cuarenta días han transcurrido desde que Donald Trump juró como presidente de los Estados Unidos. En sus actividades del día a día observamos a un hombre seguro, que haces las cosas sin medir las consecuencias. Un hombre impredecible y enigmático. Sin embargo, el estilo de vida del magante republicano en la Casa Blanca difiere del resto de sus predecesores por tener una rutina más simple, durmiendo solo, viendo televisión y alejado de la lectura.
Por ejemplo, Barack Obama (2009-2017) confesó a The New York Times que el secreto para sobrevivir en la Casa Blanca son los libros. Él solía encerrarse a leer en el salón Oval de la residencia luego de sus labores. "En momentos en los que los acontecimientos se mueven tan rápidamente y tanta información se transmite, la lectura me permite reducir la velocidad y obtener una perspectiva", dijo al diario.
George W. Bush (2001-2009) entraba al salón Oval a las 7:30 a.m., alimentaba a sus perros y despertaba a su esposa con una taza de café. Luego, solía hacer una sesión de deporte que consistía en salir a correr o pasear con sus mascotas. El expresidente Bill Clinton (1993 - 2001), salía a correr tres veces por semana porque le permitía desconectarse mentalmente de la rutina que demanda el trabajo.
Una vida sencilla. Donald Trump pasa sus días en la Casa Blanca solo, pues su esposa Melania Trump decidió quedarse en Nueva York con su hijo Barron, hasta que este acabe el año escolar. Según un amplio reportaje de The New York Times, el presidente no tiene una adecuada dieta. En la residencia se pueden encontrar frutas frescas, pasteles, bocaditos y las infaltables papas Lay's que incluso están en su avión privado.
Trump suele despertarse muy temprano, antes de las 6 a.m., pero no es hasta las 9 a.m. que empieza a trabajar. Entre esas horas suele ojear algunos diarios como el Washintong Post, el NYT y New York Post (que él mismo ha criticado) y luego ve los noticieros matutinos. Luego de sus labores, que finalizan entre las 6 y 7 de la tarde, el presidente vuelve a la residencia y se dedica a su agenda personal, escribe en Twitter y ve televisión.
Enamorado de su oficina. Trump inicia su trabajo en el despacho Oval, la oficina principal de los presidentes de los Estados Unidos. Este salón se ha convertido en el favorito para él y ahí realiza todas sus reuniones. El presidente ha notado que a muchas personas les parece un espacio atractivo y que cuando entran se quedan largos segundo contemplándola.
Para poner su toque personal, el republicano decidió colocar cortinas doradas a las tres ventanas del despacho Oval, tal como las tiene en su Torre Trump.
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