Fue sentenciado a la pena capital hace más de 30 años y su ejecución se iba a dar esta semana. La defensa del reo señala que sus venas quedaron débiles tras haber sido tratado por cáncer.
El estado de Alabama, en Estados Unidos, suspendió la ejecución prevista para Doyle Lee Hamm, un preso que fue condenado a muerte por asesinar al recepcionista de un motel durante un robo en 1987, por no hallar una vena para la inyección, explicó la defensa del reo.
Los verdugos de Alabama trataron de insertar líneas intravenosas a Hamm durante más de dos horas, pero finalmente desistieron y cancelaron la ejecución hasta nueva fecha antes de que a medianoche se cumpliese el plazo que había dado el Tribunal Supremo de EE.UU. para proceder. "Probablemente le han estado pinchando durante dos horas y media y no han podido hallar una vena, ¡como les llevo diciendo desde julio! Intolerable. Simplemente intolerable", escribió en Twitter el abogado de Hamm, Bernard Harcourt.
Ejecución aplazada
Un portavoz del Departamento de Correcciones de Alabama, Jeff Dunn, aseguró que la suspensión fue consecuencia de la falta de tiempo del equipo médico para empezar el procedimiento. "Fue un problema de tiempo", dijo en declaraciones citadas por El Nuevo Herald. "Yo no calificaría necesariamente lo que nos ocurrió esta noche como un problema (...) La única indicación que tengo es que, en su criterio médico, fue más una cuestión de tiempo dado lo tarde que era”.
El intento de ejecución de Hamm (61) llegó tras una larga batalla legal. El reo fue diagnosticado con cáncer en 2014 y los abogados usaron esto al argumentar que estaba demasiado enfermo, que su ejecución violaría la Constitución y que el tratamiento por su enfermedad había debilitado sus venas. El estado, no obstante, defendió que el linfoma de Hamm había remitido en 2016, por lo que su ejecución sí era constitucional, argumento que en última instancia dieron por bueno los magistrados del Tribunal Supremo.
El caso
En la noche del 24 de enero de 1987, Hamm y dos cómplices huían de un robo y un tiroteo en Misisipi, su estado natal, cuando se detuvieron en el Motel Anderson de Cullman, en el norte de Alabama. Según la versión de un huésped que presenció los hechos y que llamó a la Policía, Hamm pidió una habitación al recepcionista, Patrick Cunningham, pero este respondió que el establecimiento ya estaba lleno.
Al rato regresaron revolver en mano, obligaron a Cunningham a tumbarse en el suelo y le pegaron un tiro en la cabeza. De la caja registradora del motel se llevaron unos 350 dólares y de la billetera de Cunningham unos 60. Los tres hombres fueron detenidos poco después. Los dos cómplices de Hamm declararon en su contra tras alcanzar un acuerdo con los fiscales. Hamm fue condenado a muerte ese mismo año. (Con información de EFE)
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