Desde la aplicación de la "tolerancia cero", el número de niños separados de sus padres aumentó a más de 2,300 en solo cinco semanas. Los niños son alojados en almacenes reconvertidos en centros de detención temporal.
Entre sollozos, varios niños claman por sus padres: "¡mami!", "¡quiero ir con papá!", repiten, mientras el llanto apenas les permite respirar. El sitio de noticias independiente ProPublica publicó una grabación en audio del interior de una instalación de la Patrulla Fronteriza en el que se escucha a hijos de inmigrantes llorar mientras un agente bromea: "Tenemos una orquesta".
El agente fronterizo pregunta en español: "¿De dónde son ustedes?" El Salvador, Guatemala, respondían los niños. Ellos son parte de los 2.342 menores que entre el 5 de mayo y el 9 de junio fueron separados de sus familias al ingresar clandestinamente al país, de acuerdo con datos oficiales enviados al Senado.
La medida desató una ola de indignación generalizada en Estados Unidos.
La crisis migratoria en números
El presidente Donald Trump aseguró este lunes que Estados Unidos no se convertirá en un "campo de inmigrantes". El Departamento de Seguridad Interna (DHS) afirma que no tiene una política de separar familias. Sin embargo, los casos se dispararon exponencialmente desde que el gobierno pasó a arrestar a los inmigrantes que cruzan de forma clandestina la frontera sur del país.
Entre marzo y mayo de este año, más de 50.000 personas han sido arrestadas mensualmente por ingresar clandestinamente al país mediante la frontera con México. En un 15% de los casos se trata de familias, y un 8% son menores sin compañía de adultos.
Los ciudadanos mexicanos son devueltos a su país. No obstante, se registra un creciente número de personas provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, a quienes resulta más difícil sacar del territorio estadounidense. Todas las familias y los menores sin compañía de adultos solicitan asilo en el país alegando un temor verosímil de sufrir violencia en caso de que retornen a su país.
Hasta ahora, los demandantes de asilo registraban sus casos y eran liberados en Estados Unidos en espera de que estos fueran analizados. En la actualidad, existe un acumulado de 600.000 pedidos de asilo y muchas familias nunca se presentan para defender sus casos, así que optan por "diluirse" en la sociedad estadounidense.
Para el gobierno de Donald Trump, esta situación se convirtió en un "imán" para quien quiera ingresar a Estados Unidos.
Tolerancia cero: el inicio de la medida
Entre octubre de 2017 y abril del 2018, unos 700 niños fueron separados de sus padres y retenidos por semanas o enviados a centros de acogida antes de poder volver a reunirse con sus familias, pero la medida no tuvo impacto en el número de nuevos inmigrantes.
Trump ordenó medidas más rígidas. El 7 de mayo el fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, anunció la política de "tolerancia cero". Según ella, toda persona que ingrese clandestinamente resulta detenida y se enfrenta a cargos criminales. Cuando se trata de familias, los niños son separados de los padres.
En apenas cinco semanas de aplicación de la "tolerancia cero", el número de niños separados de sus padres aumentó a más de 2,300.
"Si cruzas nuestra frontera de forma ilegal, te vamos a procesar. Si contrabandeas un niño, te vamos a procesar y los niños serán separados tal como lo requiere la ley", advirtió Sessions.
¿A dónde van los niños?
Una vez separados de sus padres, los niños son entregados a la Oficina de Instalación de Refugiados (ORR, en inglés), del Departamento de Salud y Servicio Humanos.
Estos menores tienen edades que van desde un año a los 18 y son retenidos en centros de acogida, donde duermen en colchones sobre el concreto en unidades delineadas por cercas metálicas que ofrecen al conjunto la impresión de una enorme jaula.
En la actualidad, el ORR tiene bajo su cuidado nada menos que casi 12.000 niños y menores de edad. 10.000 de ellos ingresaron al país sin un adulto. Un congresista visitó un centro de detención que funcionaba antes como un Walmart y que retiene alrededor a 1500 niños.
Defienden medida
La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, defendió la forma en la que el Gobierno de Trump trata a los niños inmigrantes separados de sus padres, pese a las duras imágenes y grabaciones de los menores difundidas por los medios de comunicación.
La funcionaria consideró "ofensivo" que se insinúe que la política de separación de familias tiene como objetivo disuadir a otros inmigrantes de que intenten entrar ilegalmente en EE.UU.
"¿Por qué crearíamos una política que hiciera eso?", preguntó Nielsen, a pesar de que el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, admitió el año pasado que estaba planteándose separar a las familias inmigrantes como táctica de disuasión. (Con información de Efe y Afp)
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