Los médicos le dieron a Roxli solo unos meses de vida, por un tipo de cáncer que tiende a ser agresivo, pero los padres nunca perdieron las esperanzas. Ésta es su historia.
Cuando la pareja de esposos Gena y Scott Doss se enteraron por los médicos de Texas (Estados Unidos) en junio pasado, que su hija, Roxli, de 11 años, tenía un tumor alojado en el cerebro, la noticia fue recibida como una sentencia de muerte.
“Es una enfermedad devastadora. Disminuye la capacidad para comer, a veces pérdida de la visión, capacidad reducida para hablar. Finalmente, la dificultad para respirar ", describió así los efectos del mal, la doctora Virginia Harrod, desde Dell Children's Medical Center en Austin.
El glioma pontino intrínseco difuso o DIPG, el cual padece la pequeña Roxli, es un tipo de cáncer que se manifiesta en el tronco encefálico y tienden a comportarse de una manera agresiva. Es muy común en niños entre los 5 y 10 años de edad. A Roxli le dieron solo meses de vida.
Los padres, llenos de dolor, no se dieron por vencidos, elevaron plegarias a Dios todas las noches por la recuperación de su hija. E inclusive la llevaron a diversos hospitales en los cuales confirmaron una y otra vez la misma enfermedad, pero nunca perdieron las esperanzas.
Según el diario CBS Denver, la menor fue sometida por varias semanas a radiación. Dos meses después le volvieron a hacer una resonancia magnética para monitorear el tumor. Los resultados dejaron atónitos a los médicos. "Fue realmente increíble. El tumor es indetectable en una resonancia magnética, que es muy inusual ", dijo el Dr. Harrod.
"Alabado sea Dios, lo hicimos", comentó Scott, mientras que su esposa agregó "lo tenemos". El tumor había desaparecido totalmente y la niña se mostraba muy activa. Hasta ahora los médicos no han podido explicar cómo ha sido posible esto, mientras que la familia derramó lágrimas de felicidad y de agradecimiento.
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