Desde finales del pasado octubre, cuando la incidencia acumulada era de 360 puntos y los contagios avanzaban a un ritmo semanal del 75 %, Bélgica han ido endureciendo gradualmente las restricciones.
Bélgica ha endurecido las restricciones contra la pandemia en vísperas navideñas, imponiendo el cierre de cines, teatros y salas de conciertos y sacando al público de los estadios a partir del domingo, ante la inquietud que genera la variante ómicron y pese a que los contagios caen desde hace semanas.
"Nuestro país conoce desde hace tres semanas un conjunto de medidas bastante estable (...) para luchar contra la variante delta y esas medidas han tenido efecto" pero está claro que "hay que preocuparse por la variante ómicron", declaró este miércoles en rueda de prensa el primer ministro, Alexander de Croo.
Bélgica, que superó los 2.100 puntos de incidencia acumulada en noviembre, presenta actualmente una incidencia de 1.293 puntos y una caída en las infecciones del 36 % en los últimos siete días, lo que supone un descenso constante por tercera semana consecutiva.
Las restricciones "suplementarias" acordadas por el Gobierno federal y las regiones, que en gran medida afectan al sector del ocio y la cultura en interiores, buscan "ralentizar el avance" de ómicron, "gestionar la presión en los hospitales" y garantizar que los colegios abrirán el próximo 10 de enero, declaró el primer ministro.
NUEVAS MEDIDAS
Las autoridades no impusieron ninguna medida que afecte a las reuniones de Navidad, aunque el primer ministro llamó a la prudencia y pidió que los comensales que se hagan un "autotest antes de cenar juntos".
"Los mercados de navidad pueden celebrarse, pero los espacios cubiertos por una carpa tienen que cerrar", explicó De Croo.
Pese a que se cierra la mayoría de los eventos públicos en interiores, hay numerosas excepciones y podrán seguir abiertas bibliotecas, museos, piscinas -salvo las partes recreativas-, salas que celebren bodas y funerales, jacuzzis, solariums o ginmasios, entre otras.
Las tiendas tampoco cerrarán, pero las compras deberán hacerse máximo de dos en dos y con mascarilla, que sigue siendo obligatoria en interiores para mayores de 6 años.
Sí se prohibirá el público en las competiciones deportivas en interior y en exterior, con lo que no podrá haber aficionados en las gradas de los estadios.
Pese a que la curva de contagios baja, las autoridades esperan en los próximos días una explosión de contagios con ómicron y han elegido la prudencia.
No obstante, las medidas anunciadas, que se suman a ciertas restricciones ya vigentes, se alejan mucho del cierre obligatorio de comercio y actividades no esenciales decretado el pasado fin de semana en Países Bajos, ni tampoco son tan estrictas como hace un año en la propia Bélgica, cuando se cerraron durante meses hasta las peluquerías.
Desde finales del pasado octubre, cuando la incidencia acumulada era de 360 puntos y los contagios avanzaban a un ritmo semanal del 75 %, Bélgica han ido endureciendo gradualmente las restricciones.
EFE
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