El 70% de las mujeres que vive en países en desarrollo no puede obtener el capital financiero que necesita para iniciar un negocio, según el Banco Mundial.
El emprendimiento es un gran motor de desarrollo en todas las sociedades. En el caso de las mujeres específicamente, permite que compatibilicen el trabajo con otros roles establecidos por la sociedad como ser madre, realizar el trabajo doméstico, entre otros. Pero, las mujeres también enfrentan más dificultades para lograr un emprendimiento exitoso.
En los últimos años, el emprendimiento en Latinoamérica se ha fortalecido y la actividad emprendedora femenina ha aumentado, sostiene el Primer Informe sobre Programas de apoyo al emprendimiento femenino en la Alianza del Pacífico. Sin embargo, las mujeres tienen que superar más barreras que los hombres; por ejemplo, estereotipos de género, el acceso a servicios financieros, entre otros.
El 78.1% de mujeres laboralmente activas en la región se encuentran en los rubros que tienen baja productividad y bajas remuneraciones, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esto genera que las mujeres tengan menos capital para poder emprender.
Además, en países en desarrollo el 70% de las mujeres no puede obtener el capital financiero que necesita para iniciar un negocio. De hecho, las mujeres tienen un 20% menos de probabilidades que los hombres de abrir una cuenta financiera y un 17% menos de probabilidades de solicitar un crédito, según el Banco Mundial.
Esto se refleja en que, a nivel Latinoamérica, pese a que las mujeres representan el 40% de la población económicamente activa, su participación como emprendedoras no supera el 15%. En el Perú, el miedo al fracaso es mayor en mujeres que en hombres, 30% y 23% respectivamente.
Debido a los roles de género establecidos hacia las mujeres, ellas ven en el emprendimiento como una oportunidad que les permita desarrollarse familiarmente y también profesionalmente.
Es por eso que el informe “Programas de apoyo al emprendimiento femenino en la Alianza del Pacífico”, recomienda que los gobiernos y las empresas privadas desarrollen programas formales e iniciativas públicas para incentivar y apoyar el emprendimiento femenino.
En el caso peruano se recomienda que se elabore un programa de apoyo al emprendimiento femenino que vea el ciclo completo, desde las motivaciones y sesgos iniciales, acceso a financiamiento y crecimiento del negocio. Asimismo, se recomienda establecer una institución que lo lidere y trabaje de manera intersectorial.
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