La respuesta al vacío de poder en el que ha quedado Bolivia tras la anunciada renuncia de Evo Morales, y de las autoridades que podrían sucederle constitucionalmente, está en manos de la Asamblea Legislativa y tendrá que pasar por un acuerdo político.
La respuesta al vacío de poder en el que ha quedado Bolivia tras la anunciada renuncia del presidente Evo Morales, y de las autoridades que podrían sucederle constitucionalmente, está en manos de la Asamblea Legislativa y tendrá que pasar por un acuerdo político.
Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, anunciaron la tarde del domingo que renunciaban a sus cargos en un video transmitido por el canal estatal, sin que hasta el momento se hayan hecho públicas las respectivas cartas de dimisión.
También han renunciado los presidentes del Senado, Adriana Salvatierra, y de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, ambos oficialistas, y los siguientes en la línea de sucesión constitucional.
Lo que pasó en 2005
Un antecedente de una situación similar en Bolivia se produjo en 2005, cuando el entonces presidente Carlos Mesa renunció asediado por conflictos sociales.
Mesa había asumido la Presidencia del país en 2003 tras la dimisión de Gonzalo Sánchez de Lozada en el llamado "octubre negro", una revuelta social en contra de la decisión gubernamental de exportar gas boliviano a Estados Unidos a través de un puerto chileno.
En medio de la crisis de 2005, renunciaron a su derecho constitucional a suceder a Mesa los entonces presidentes del Senado, Hormando Vaca Díez, y de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, al no haber un vicepresidente que pudiera asumir en reemplazo del entonces gobernante.
Asumió la Presidencia el titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé, en junio de ese año para convocar en diciembre a las primeras elecciones generales que ganó Evo Morales.
Esa figura estaba permitida en la Constitución que rigió hasta antes de 2009, pero la Carta Magna promulgada ese año por Morales no la contempla, explicó a Efe el abogado constitucionalista Gonzalo Hidalgo.
¿Qué dice la nueva Constitución?
El artículo 169 de la nueva Constitución boliviana establece la misma línea de sucesión en caso de la renuncia del presidente, vicepresidente, del presidente del Senado hasta el de la Cámara baja. "En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días", indica ese artículo.
"En caso de ausencia temporal, asumirá la Presidencia del Estado quien ejerza la Vicepresidencia, por un periodo que no podrá exceder los noventa días", agrega.
Para Hidalgo, lo más importante ahora es tener una sensatez constitucional, no alejarnos de los principios establecidos en la Constitución.
Por ello, lo que se debe hacer ahora es "esperar primero la aceptación de la carta de renuncia del presidente" en la Asamblea Legislativa, que deberá analizarla en una sesión.
Hasta el momento no se conoce una renuncia escrita de Morales ni de García Linera.
Posibles salidas
Ante la ausencia de los titulares del Senado y de Diputados, el experto consideró que la Comisión Mixta de Constitución de ambas cámaras debe llamar a una reunión de emergencia y "conseguir cómo van a señalar ahora una estructura de dirección de la Asamblea Legislativa", en ausencia incluso del vicepresidente.
En el Legislativo tiene la mayoría el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS).
El constitucionalista consideró importante que en las próximas horas pueda darse un acuerdo político porque, si bien ambas cámaras están sin presidentes, "sí hay una representación política soberana a través de los asambleístas, ellos tienen que tomar una decisión responsable, una decisión constitucional".
"Va a ser muy importante la responsabilidad que asuman los políticos en la Asamblea Legislativa hasta llegar a un consenso y dar una salida constitucional", agregó.
Bolivia sin mando
Al comienzo de la jornada, Morales había anunciado nuevas elecciones, después de que horas antes un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) advirtiera de graves irregularidades en los comicios generales del pasado 20 de octubre.
Tras una serie de renuncias de parlamentarios y ministros, Morales finalmente emitió un video en el que él y García Linera anunciaban su dimisión, reiterando sus denuncias de un "golpe de Estado" en su contra.
En el video, el mandatario consideró que la OEA tomó una decisión "política" y no técnica.
Cuando parecía que la dimisión de ambos podría poner fin a la crisis desatada desde que al día siguiente de la votación comenzaran las sospechas de fraude, los sectores movilizados en contra de Morales resolvieron mantenerse en alerta, en tanto que grupos afines al MAS causan zozobra en ciudades como La Paz y El Alto.
EFE
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