Un pastor evangélico es el favorito para llegar a la presidencia de Costa Rica, mientras que un comediante ya dirige las riendas de Guatemala.
Antes de tomar decisiones sobre el rumbo de Guatemala, el actual presidente de ese país, Jimmy Morales, prefería divertir a sus compatriotas en un programa cómico. Luego de 15 años como comediante en su programa Moralejas, su vida dio un giro de 180 grados cuando fue elegido como presidente en 2015. Su imagen representó un cambio en el escenario político del país centroamericana, marcado también por la condena por corrupción de su predecesor, Otto Pérez Molina.
El caso de Morales, pese a su singularidad, es solo un ejemplo de los nuevos rostros en la política latinoamericana que vienen del mundo de la actuación, el periodismo o, incluso, de la religión. La falta de respuestas ante la desigualdad, la delincuencia y, especialmente, la corrupción han provocado el desencanto de la población con los viejos partidos. Los electores, explican los analistas, buscan nuevas alternativas
Para la periodista y analista política mexicana Elisa Alanís, esto se debe a “la experiencia de gobiernos involucrados en escándalos de corrupción, que se han dado a conocer últimamente a través de revelaciones periodísticas o de investigaciones internacionales como el caso Odebrecht, que involucra a funcionarios de altísimo nivel". "El caso de México no es la excepción. La gente quiere estos cambios y estas promesas que todos les dan”, dijo a RPP Noticias.
Casos recientes
Costa Rica tendrá que elegir en abril a su nuevo presidente y en el primer lugar de las preferencias va el pastor y cantante evangélico Fabricio Alvarado. Aunque no son muchos los religiosos postulando a cargos políticos, Alanís considera que hay intereses detrás de estas candidaturas. “Existe esta posición de grupos evangélicos que se apoyan entre ellos y están cobrando mucha fuerza. Les interesa estar en posiciones de poder".
En Honduras, por ejemplo, Salvador Nasralla, un popular presentador de televisión, estuvo a punto de llegar a la presidencia en noviembre del año pasado, pero fue vencido de forma polémica por el presidente Juan Orlando Hernández . “No son casos aislados, lo vemos también en EE.UU. y en México en menor medida, con el acercamiento de grupos muy conservadores”, agrega Alanís.
Nuevos rostros, ¿viejas costumbres?
Los nuevos líderes políticos, sin embargo, no están exentos de los males de la vieja política: en particular, casi todos coinciden en el uso de un discurso populista y nacionalista. “Una razón por la que los populistas prosperan es porque las clases políticas fallan en ser efectivas a la hora de cumplir las expectativas de la población”, explicó a RPP Noticias el analista político Juan Carlos Hidalgo.
Un buen ejemplo de populismo es Donald Trump, quien al llegar a la Casa Blanca solo tenía experiencia como empresario y presentador de un reality show. Sin embargo, su caso no es único en Estados Unidos: estrellas de cine como Ronald Reagan y Arnold Schwarzenegger no tuvieron malas gestiones como presidente (1981-89) y gobernador de California (2003-11), respectivamente.
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