El estudio del BID señala que la clase pobre ha dejado de ser la preponderante en la región.
La clase media de América Latina se duplicó, pasando de los 99 a los 180 millones de personas, en los últimos diez años, según revela el nuevo informe Pulso Social de América Latina y el Caribe 2016 presentado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estudio, que pretende "armonizar" los datos de los hogares latinoamericanos que ha ido recopilando la institución financiera en los últimas dos décadas, permite analizar los desarrollos estructurales a nivel social del continente, desde el rol de las mujeres en la fuerza laboral hasta los cambios en las estructuras familiares.
Reducción de la pobreza. Con los datos en la mano, el BID confirma que la clase pobre ha dejado de ser la preponderante en América Latina y, aunque es muy alta la cifra de aquellos que son vulnerables a caer en ella de nuevo, la clase media se ha incrementado de manera notable en los últimos años. "Son muy buenas noticias que la pobreza se haya reducido tanto", indicó en la presentación del informe una de sus coautoras, Suzanne Duryea, pero advirtió que todavía es un alto porcentaje (un 35 %) quienes están en riesgo de caer en ella, y sólo ganan entre 5 y 12 dólares diarios.
La importancia de los programas sociales. No obstante, si bien la pobreza se redujo en todos los rangos de edad entre 1996 y 2014, los niños tienen tres veces más hoy la posibilidad de caer en la extrema pobreza que los ancianos, mientras que hace 20 años esas opciones se multiplicaban solo por dos. "Los programas sociales son muy importantes para reducir la desigualdad -añadió Duryea-. Durante la bonanza crecieron más los salarios bajos que los que estaban en lo alto de la tabla distributiva. (...) Por eso es importante que no se vean afectados con el parón del crecimiento".
El informe, que este primer año lleva el título de "Realidades y Perspectivas", no realiza recomendaciones a los gobiernos, pero pretende ser una herramienta para los mismos con el fin de que sus políticas puedan basarse en las tendencias estructurales de la sociedad latinoamericana. (EFE)
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