“Dios les está dando la oportunidad de arrepentirse”, así se refirió Rosario Murillo, a las manifestaciones públicas que exigían la salida del presidente Daniel Ortega la crisis social y política.
La vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, dijo este jueves que han logrado "superar y trascender esos tiempos diabólicos, perversos, satánicos que quisieron instalar en Nicaragua" desde abril, cuando estalló una protesta social contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega.
"Imagínense ustedes: once años de paz y de progreso, de estabilidad. Llegan los diabólicos y quieren imponer el odio en nuestro país, el atraso, todo lo que vivimos, los crímenes, los secuestros, la tortura, los tranques de la muerte", señaló Murillo, también primera dama.
"Pero ni pudieron, ni podrán, porque Dios bendice a Nicaragua con el compromiso que tenemos todos, que hemos sufrido tanto con los conflictos (...) Todos tenemos el compromiso de promover la paz", agregó. Murillo sostuvo que en Nicaragua nadie quiere conflictos, sino más bien paz, trabajo, seguridad y mejoría en sus vidas.
"Y aquellos corazones que sirvieron al demonio, sirvieron al diablo en los días más oscuros de este año 2018, que Dios les proteja y que les dé la posibilidad de sanar esa amargura que se les ve en los rostros, en los ojos", abogó.
"Ese temor que se les ve, es un temor a Dios, es sano. Dios les está dando la oportunidad de arrepentirse, y sobre todo de ver las necesidades de las mayorías nicaragüenses", continuó. Asimismo, exhortó a "los que viven con comodidad" a "ver más allá del egoísmo".
Crisis social y política
Nicaragua vive una crisis social y política que ha generado protestas contra el Gobierno de Ortega y un saldo de entre 325 y 545 muertos, según organismos de derechos humanos locales y extranjeros, mientras que el Ejecutivo cifra en 199 los fallecidos.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas y otros abusos contra los manifestantes y opositores. Ortega ha negado las acusaciones y ha asegurado que se trata de un intento de "golpe de Estado".
Las manifestaciones contra Ortega y Murillo se iniciaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario tras 11 años en el poder.
EFE
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