Un estudio reveló que un 23% de menores mexicanos son consumidores regulares de alcohol, al igual que un 34% de niños costarricenses.
El 43% de los niños mexicanos y el 30% de los costarricenses se inician en el alcohol antes de los 13 años, según los primeros resultados de un estudio sobre los patrones de consumo de bebidas alcohólicas de los menores latinoamericanos.
El especialista costarricense Jorge Mora Alfaro, investigador asociado de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), señaló a Efe en Miami (EE.UU.) que esos porcentajes, obtenidos de los resultados de encuestas a estudiantes de secundaria en escuelas públicas, privadas y subvencionadas, se refieren a la primera vez que los niños prueban el alcohol.
Más preocupantes todavía son los datos de menores que consumen alcohol regularmente en esos dos países, los primeros analizados como parte de un esfuerzo para ampliar a la población infantil y adolescente el Estudio de Patrones de Comportamiento de Consumo de Alcohol (EPCA) en América Latina.
Un 23% de los niños mexicanos son consumidores regulares de alcohol al igual que un 34% de los costarricenses, dice Mora, quien precisa que la edad promedio para comenzar a serlo son los 15 años.
Estudios. FLACSO, cuya secretaría académica está en Costa Rica, realiza esta investigación sociológica sobre el consumo de alcohol desde 2009 siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2014 terminó una primera fase del EPCA que englobó a 14 países (El Salvador, Honduras, Costa Rica, Chile, Perú, Ecuador, Nicaragua, Argentina, México, Colombia, Brasil, República Dominicana, Panamá y Venezuela) y ya está avanzando en la segunda.
Hasta ahora se ha hecho el nuevo estudio en cuatro países, Costa Rica, México, Perú y Nicaragua, y ahora se va a iniciar en un quinto, Brasil. Se espera que la segunda fase esté concluida en 2019. "Creemos que cinco años es un periodo importante para ver cambios", señala Mora.
El consumo per cápita en los 14 países incluidos en el primer estudio era de 5,33 litros de etanol puro al año. Venezuela, con 9,55 litros; y El Salvador, con 2,6 litros, estaban en los dos extremos de la tabla.
En Europa son 13 litros per capita, en Canadá, 9,8, y en Estados Unidos, 9,4. En los cuatro países analizados hasta ahora para el segundo estudio el promedio es 5,87 litros por persona de etanol puro al año, según Mora, quien destaca que están observando algo que si bien no es todavía "una tendencia clara", puede ser interesante. Pareciera que el número de personas que consumen alcohol está en descenso, pero que los consumidores ingieren más cantidad, indica.
Consumo. Según el resultado del primer EPCA, la prevalencia del alcohol, o lo que es lo mismo el porcentaje de la población adulta que ha consumido alcohol al menos una vez en el último año, es en promedio del 60%, inferior a Europa (85%), Canadá (78%) y Estados Unidos (65%).
El 25% de los bebedores latinoamericanos de alcohol entra en la categoría de "consumo nocivo", lo que, según la OMS, significa que consumen al menos en una ocasión cinco o más bebidas alcohólicas, y de un 3,5% a un 4% son dependientes del alcohol.
Por edad, los que más consumen son el grupo de 18 a 30 años y el perfil del consumidor es eminentemente masculino, aunque entre los más jóvenes hombres y mujeres están más igualados. El hogar es el escenario más común para el consumo de alcohol en la región, por delante de los establecimientos públicos.
La bebida alcohólica más consumida es la cerveza, incluso en países como Argentina y Chile donde se acostumbra a beber vino en las comidas, y también es la bebida con la que sobre todo se inician los niños en el alcohol, dijo Mora.
Niños. Sobre el consumo infantil de alcohol en América Latina, un problema poco estudiado y del que por consiguiente hay pocos datos estadísticos, Mora señala que hay factores de riesgo muy claros.
Entre ellos menciona que los amigos ya se hayan iniciado en el alcohol, que en el hogar se consuman bebidas alcohólicas de manera excesiva y que sea fácil acceder a cerveza, vino y licores tanto en el hogar como en la calle.
La familia tiene un papel determinante en este asunto. Si no presta atención a un niño, no se interesa por cómo le va en la escuela o por las inquietudes que tiene, el menor es más proclive a iniciarse tempranamente en el alcohol.
El enfoque no es "prohibicionista", algo que no dan los resultados buscados cuando lo que se pretende erradicar es un patrón cultural, sino que está puesto en la educación y el fin último es avanzar en la reducción del "consumo nocivo" de alcohol, informó el experto. EFE
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