Este país está matando mucha gente y por causas que a cualquiera le parecerían absurdas, si las comparamos con los teeribles crímenes que se cometen en otros países. En el 2015 ejecutó a 151 personas, la cifra más alta desde 1995. Aquí los casos más sonados de ejecuciones y sentencias controversiales.
Por: Ahmed Alaba
Imagine que a usted lo castiguen por decir que el gobierno está haciendo mal las cosas en diversas materias de orden público. Ahora imagínese que ese castigo no solo sea encerrarlo durante mucho tiempo sino que sea también físico. Es decir, que por haber dicho cosas lo sometan a -digamos- mil latigazos. Y que estos se los den de cincuenta en cincuenta cada cierto tiempo durante los ¡10 años! a los que acaba de ser condenado.
Esto ocurre en un país como Arabia Saudí, el principal exportador de petróleo del mundo que tiene como principales aliados a naciones como Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán, Kuwait, Qatar, entre otros.
Ahora imagine que usted, siendo católico, dice algunas críticas contra cristianos evangélicos que creen en Dios y Jesucristo, como usted pero de diferente manera.
Entonces entran a su casa policías y agentes del gobierno que son cristianos evangélicos y, en nombre de Dios, lo arrestan y lo condenan a morir porque sus críticas “incitan a la violencia”.
Eso mismo ocurre en ese país que en setiembre del 2015 fue elegido en la ONU como defensor de los derechos humanos.
En la actualidad hay más de 50 personas que esperan por su ejecución, y existen casos verdaderamente emblemáticos. Por ejemplo, hace unos días fueron condenadas a morir 47 personas; a quienes acusaban de terrorismo por haber participado en protestas contra el régimen en 2011 (entre ellos se encuentra el clérigo chií Nimr Baqr al Nimr), otros eran menores de 18 años en ese momento.
Los cargos usuales en dicho país son del tipo: “infringir la lealtad al gobernante”, “provocar sedición y división sectaria entre los ciudadanos incitando a participar en protestas y marchas”, "comunicarse con medios de comunicación extranjeros para dañar al gobierno del reino, a su pueblo y la unidad nacional" y “fundar una asociación prohibida”.
Muchos de los ahora sentenciados fueron personas que pertenecieron a grupos de manifestaciones pacíficas y luego de sufrir detenciones arbitrarias, no se les dejó tener acceso a un abogado y, además de todo, sufrieron torturas, según detalla Amnistía Internacional.
El último caso emblemático fue el del clérigo chií Nimr Baqr al Nimr, cuya ejecución desató la irá del gobierno de Irán y de sus pobladores. Ellos en un arrebato de indignación quemaron parte de la embajada de Arabia en Teherán.
Irán es el regimen chií por excelencia, la revolución islámica de los ayatolas (única en su tipo en el mundo) abrió el camino en la región para el chiísmo. Arabia Saudí es, por el contrario, el regimen suní más fuerte de todos. Bajo estas dos naciones se extiende un inmenso tablero de ajedrez que involucra a grandes potencias como EEUU y Rusia.
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