El príncipe Turki bin Saud mató a su amigo en 2012. Familia de la víctima exigió ejecución. Es raro que la pena capital se aplique a un miembro de la familia real.
Las autoridades del reino de Arabia Saudita ejecutaron el martes al príncipe Turki bin Saud, quien en 2012 había sido condenado por el asesinato de un compatriota. Un hecho que ha llamado la atención de todo el mundo por ser este un raro caso de aplicación de la pena capital a un miembro de la familia real saudí.
Mató a su amigo. El joven principe había sido sentenciado a muerte por matar con un revólver a su amigo, Adel Suleiman al Mohaimid, durante una riña colectiva que estalló entre varios jóvenes en la zona campestre de Al Zamama, al este de la capital Riad. Bin Saud estaba borracho en el momento del suceso, según informaron medios locales en 2012.
Familia de la víctima exigió ejecución. La familia de Al Mohaimid insistió en la ejecución del príncipe, rechazando la "deya", una cantidad de dinero que el agresor paga a los parientes de la víctima para que le perdonen la vida. Turki no es descendiente directo del fundador del reino saudí, el rey Abdelaziz al Saud, padre del actual monarca, Salman bin Abdelaziz, sino de otra rama de la dinastía Al Saud, que reina en Arabia Saudí desde 1932.
Antecedentes. No es la primera que las autoridades ejecutan a un miembro de la familia real saudí, compuesta por miles de personas, pero sí es un hecho raro. En 1975, el príncipe Faisal bin Masaed fue ejecutado por haber asesinado a su tío paterno, el rey Faisal. En 2004 el príncipe Fahd bin Nayef asesinó a un joven, pero no fue finalmente ejecutado al recibir el perdón de la familia de la víctima.
Pena de muerte en Arabia Saudita. En este país la pena de muerte es legal pero debe ser ratificada por el monarca. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que desde la llegada de Salman bin Abdelaziz al trono, en 2015, se han disparado las ejecuciones, que pasaron de 88 en 2014 a 158 en 2015. Human Rights Watch (HRW) reveló a finales de julio pasado que las autoridades saudíes habían aplicado la pena de muerte a 108 personas desde principios de 2016 hasta esa fecha.
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