John Kerry aseguró que el encuentro con Serguéi Lavrov se han dado pasos que podrían cambiar la dinámica en Siria.
Rusia y Estados Unidos se han sentado hoy, juntos, en Viena para tratar de buscar soluciones a la guerra civil que lleva cuatro años incendiando Siria, un encuentro que ha servido, al menos, para iniciar un proceso de diálogo que continuará posiblemente el próximo viernes.
John Kerry, secretario de Estado de EEUU, y Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, han sido los protagonistas de una minicumbre en la que participaron también los jefes de la diplomacia de Turquía y Arabia Saudí, dos países también implicados en el conflicto.
Kerry aseguró que en ese encuentro, y en uno bilateral que tuvo antes con Lavrov, se han dado pasos que podrían cambiar la dinámica en Siria.
"Estoy convencido de que la reunión de hoy ha sido constructiva y productiva", aseguró el jefe de la diplomacia de EEUU a los periodistas.
Al menos ha servido para poner en marcha un proceso que tendrá su continuación posiblemente el viernes que viene, aunque aún no se ha concretado ni el formato ni el lugar.
Tampoco ha servido para acercar posiciones entre EEUU, que insiste en la marcha del presidente sirio, Bachar al Asad, y Rusia, que defiende su continuidad en cualquier arreglo político.
El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, aseguró en su conferencia de prensa diaria en Washington que hoy se acordó "consultar con todas las partes e intentar reunirse pronto en una cita más amplia para explorar si hay suficientes puntos en común para avanzar en una solución política".
Esa reunión se celebrará "como pronto el próximo viernes", con la posibilidad de que sea más adelante, y es "posible" que "incluya más países" además de los participantes de hoy, según el portavoz.
Preguntado por si Irán podría ser uno de los nuevos participantes, Toner dijo que "en este momento no".
"Pero hemos dicho que Irán tendrá que ser parte del proceso (negociador sobre Siria) en algún momento", agregó.
Por parte rusa, Lavrov confirmó que habrá más contactos a nivel ministerial y que se incluirá a otros países de la región, especialmente Irán, que apoya al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y Egipto.
Lo que el ministro ruso dejó claro es que hoy no se ha hablado en absoluto de la salida de Asad del poder.
"Nuestros socios están obsesionados con la figura del presidente de Siria, pero nosotros hemos confirmado nuestra posición", que se resume en que "la suerte de Siria, la suerte del presidente y de otras autoridades deben decidirla los propios sirios", señaló Lavrov.
LA UNIÓN EUROPEA RESPALDA QUE IRÁN PARTICIPE EN LAS CONVERSACIONES
También la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, respaldó que Irán participe en las conversaciones sobre la posible transición en Siria.
Irán es uno de los grandes valedores, junto con Rusia, del régimen de Asad, al que ayuda con dinero, armas y asesores.
El de hoy ha sido el primer encuentro de alto nivel entre Moscú y Estados Unido desde que aviones rusos comenzaran el mes pasado sus operaciones de bombardeo en apoyo de Asad, unas operaciones que han permitido al régimen recuperar parte del terreno perdido.
Estos ataques han sido criticados por Washington, al entender que se dirige más contra la oposición moderada que contra el grupo yihadista Estado Islámico.
A su vez, EEUU lidera una coalición internacional que lleva bombardeando posiciones del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y de otras organizaciones yihadistas en Siria desde septiembre de 2014.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha acusado a Estados Unidos de practicar un doble juego en Siria y declarar la guerra a los terroristas pero, al mismo tiempo, utilizarlos para sus intereses.
La guerra civil en Siria, que comenzó como un movimiento de protesta antigubernamental, ha degenerado en un conflicto a múltiples bandas y ha provocado que millones de sirios huyan del país.
Mientras que Rusia e Irán apoyan a Asad y quieren que participe en cualquier proceso de transición en el país, Estados Unidos, Turquía y Arabia Saudí insisten en que el futuro de Siria pasa por su salida del poder.
La madeja se enreda más y más porque tanto Estados Unidos como Irán, que carecen de relaciones diplomáticas, luchan contra grupos yihadistas como el Estado Islámico, opuestos a Asad, mientras que Arabia Saudí y Turquía apoyan a milicias opositoras, algunas de ellas acusadas de tener vínculos con grupos extremistas.
EFE
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