El cantante mexicano conquistó al público limeño con un repertorio que mezcló baladas clásicas, homenajes a José José y momentos llenos de emoción, humor y cercanía con sus fans.
Por Diana Ruiz
El viernes, 24 de octubre, será un día para recordar. ¿La razón? Cristian Castro ofreció un concierto inolvidable en Costa 21, un recital que hizo cantar, reír y emocionar a miles de peruanos, que corearon cada uno de sus temas.
Pasadas las diez de la noche, el público estalló en gritos cuando comenzó a sonar una intro instrumental, con fragmentos de sus canciones más icónicas: Azul, No podrás y Lloran las rosas. Era la antesala perfecta para la aparición del artista quien irrumpió en el escenario vestido de blanco impecable y con corbata michi, rebosante de energía, bailando al ritmo de Cuando me miras así.
Desde los primeros acordes, el ambiente se llenó de emoción. El público no paraba de corear y saltar mientras el artista mexicano interpretaba temas como Es mejor así y No puedo arrancarte de mí. Con una sonrisa constante, saludó a los asistentes y expresó su profundo cariño por el Perú. “Estoy muy agradecido de estar aquí, los amo”, dijo, con visible emoción.
Uno de los momentos más alegres de la noche llegó con Gallito feliz, donde invitó a su club de fans al escenario para bailar. Entre risas y coquetería, las llamó “mis pollitas”, mientras se autodenominaba “el gallito”. En medio de la cumbia y la euforia, recibió un ramo de rosas rojas y exclamó: “¡Qué sexy son las peruanas!”, desatando los aplausos del público.
Cristian Castro conquistó una vez más el corazón del Perú, recordando por qué es uno de los grandes íconos de la balada latina. Fuente: RPP/Diana Ruiz
El momento más emotivo de su concierto
El tono se tornó nostálgico cuando dedicó Lloran las rosas a su abuela, Socorro Castro, fallecida en 2020. “Esta es para ti, en el cielo”, dijo mirando hacia arriba, conmoviendo a todos los presentes.
El romanticismo continuó con Así era ella, canción que presentó con humor: “¿Quieren llorar? ¡Aquí van a llorar!”. Luego llegó un medley que incluyó Ángel, Agua nueva y Después de ti, un momento cargado de melancolía y belleza.
Entre canción y canción, Cristian se tomó un tiempo para hablar de su música y de su conexión con el público peruano. “Busqué en Spotify qué país más escucha mis canciones… y es Perú. Por eso los quiero tanto. ¡Me gustaría ser peruano, sería más guapo!”, dijo provocando risas.
Tributo a José José con un medley lleno de sentimiento
Uno de los pasajes más memorables fue cuando interpretó Lloviendo estrellas, tema que quiso cantar junto con Gian Marco, pero no se concretó. “Nadie quiso cantar conmigo”, bromeó. Mientras tanto, el público encendió sus luces y convirtió el recinto en un cielo estrellado. “Ustedes son más lindos que todas las estrellas juntas”, añadió, visiblemente emocionado.
El concierto continuó con un mix de Te llamé, Simplemente tú, Lo mejor de ti y Yo quería, interpretada con tal sentimiento que arrancó lágrimas a más de uno. En honor a su ídolo José José, dedicó un bloque especial con Buenos días amor, Más y La nave del olvido, rindiendo un homenaje impecable al “Príncipe de la Canción”.
Una despedida a ritmo de cumbia con Solo sin tu amor
Luego de una breve pausa, regresó al escenario con un nuevo atuendo: saco rosa con flores, pantalón plateado y zapatos fucsia brillantes. El público estalló de nuevo cuando sonaron los acordes de Ya no pienso en ti. La noche siguió con ritmos más bailables como Vuélveme a querer, Mañana, mañana y Nunca voy a olvidarte, demostrando su versatilidad artística.
El cierre fue un viaje de emociones. Tras Por amarte así y Volver a amar, el estadio se iluminó completamente de azul cuando sonó su himno más querido: Azul. El público, entre lágrimas y gritos, agitaba luces y cantaba cada verso. Cristian se despidió agradeciendo con el corazón: “Gracias, Perú, los amo mucho”.
Pero el público pedía más. “¡Otra, otra!”, coreaban. Y él volvió. Con la bandera peruana en la mano, interpretó una versión en cumbia de Solo sin tu amor, bailando y sonriendo hasta el final. Fue una noche mágica, romántica y vibrante. Cristian Castro conquistó una vez más el corazón del Perú, recordando por qué es uno de los grandes íconos de la balada latina.