El 13 de abril de 1973, David Bowie lanzó su sexto álbum, protagonizado por su nuevo alter ego, Aladdin Sane. Ricardo Brenneisen de Dolores Delirio, Michelle Rodríguez de Rawa, César Príncipe de Cardenales, Miguel Vidal de Voz Propia y 'Luxsie' comentan este emblema del glam rock
Para fines de 1972, David Bowie era una de las mayores estrellas musicales del Reino Unido. Su disco "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars", lanzado en junio de ese año, lo había llevado a la cima de las listas de éxitos británicas, lo transformó en un ícono contracultural y también en la mayor figura del glam rock.
Con el éxito sonriéndole, Bowie llevó la gira de su disco a EE.UU., país donde había sido bien recibido desde su segundo álbum, "The Man Who Sold the World" (1970). Sin embargo, Ziggy Stardust y su prédica interplanetaria no tuvieron el mismo efecto que en su país natal: el álbum llegó apenas al puesto 75 de la lista Billboard.
No obstante, norteamérica sí tuvo un gran efecto sobre el artista en aquellos años. Una gira inacabable, dos álbumes compuestos casi simultáneamente, un deterioro físico y mental galopante y la superficialidad sórdida de EE.UU. fueron ingredientes para su siguiente álbum: "Aladdin Sane".
"Ziggy va a América"
El 13 de abril de 1973, David Bowie lanzó Aladdin Sane, su sexto álbum de estudio. Su publicación se hizo solo 10 meses después del disco "Ziggy Stardust" y debutó por todo lo alto: fue número uno en el Reino Unido al momento de su lanzamiento y alcanzó el puesto 17 en las listas norteamericanas. Fue el primer trabajo de Bowie desde un estatus de superestrella.
Aunque el disco continúa por la senda glam, sería un error decir que repite la fórmula de su anterior trabajo. Su sonido es mucho más rockero, con una clara influencia de The Rolling Stones, New York Dolls e Iggy Pop. Sin embargo, también da lugar a la experimentación sonora, con sonidos provenientes del blues, jazz, avant-garde y doo wop.
Además, para el álbum, Bowie creó a Aladdin Sane, una continuación de Ziggy, pero mucho más perturbado, "esquizofrénico" (como el mismo artista lo describió) y con una abierta dualidad entre la fascinación por EE.UU. y el terror de estar ahí.
"Aladdin Sane era mi idea del rock and roll de Estados Unidos. Aquí estaba yo en este gran circuito turístico, sin disfrutarlo mucho. Así que inevitablemente mi escritura reflejaba eso, este tipo de esquizofrenia por la que estaba pasando. Querer estar en el escenario interpretando mis canciones, pero por otro lado no tener muchas ganas de estar en esos autobuses con toda esa gente extraña", declaró Bowie en una entrevista para Rolling Stone de esos años.
De hecho, 6 de las 10 canciones del disco fueron compuestas en norteamérica, durante los escasos momentos de descanso de su gira, tal como se evidencia en el LP donde a cada pista se le agregó la ciudad donde fue concebida: Nueva York, Seattle, Detroit, Los Ángeles, Nueva Orleans y Phoenix.
Dualidad y locura
El personaje Aladdin Sane, quien simboliza todo este momento de la carrera de Bowie, es un nombre que resulta del juego de palabras 'a lad Insane', que se traduce como 'un muchacho desquiciado'. En esos meses, la locura acechaba la vida del artista, como una presencia ineludible.
En varias entrevistas, Bowie había señalado que en ocasiones no podía separar a Ziggy Stardust de su propia identidad, por lo que temía por su cordura. Además, en esos días, supo que su hermanastro Trevor, a quien admiraba, sufría de esquizofrenia. Para completar el cuadro, su dieta de entonces, compuesta de leche vitaminada y cocaína, tampoco ayudaba a su estabilidad mental.
Aladdin Sane era un esfuerzo de Bowie por escapar de su alter ego extraterrestre del disco anterior, pero quedaba claro que esa nueva personalidad era mucho más terrenal y por lo tanto tóxica y desequilibrada.
"No quería quedar atrapado en este personaje (Ziggy) toda mi vida. Y supongo que lo que estaba haciendo con Aladdin Sane, era intentar moverme al siguiente nivel, usando una imitación pálida de Ziggy como un segundo recurso. En mi mente, era Ziggy va a Washington: Ziggy bajo la influencia de América", dijo Bowie en una entrevista del 73.
Esta dualidad en la mente de Bowie queda representada en el característico rayo que recorre su rostro en la icónica portada del álbum. La fotografía y la idea corrió por cuenta de Brian Duffy.
Hay diversas teorías sobre el origen del icónico rayo. Según Duffy, fue inspirado en el anillo que llevaba Elvis Presley con la anotación 'cuidando de los negocios', acompañada de dos rayos a los costados.
"Bowie estaba interesado en el anillo de Elvis que tenía grabadas las letras TCB ['taking care of business'] junto con el dibujo de un rayo. Lo que hice fue trazar el diseño directamente sobre su cara, y lo coloreé con pintalabios", afirmó el fotógrafo.
Otra teoría es mucho más superficial. Se dice que en el estudio de fotografía había una olla a presión de la marca Panasonic, cuyo logo es un rayo y los colores azul y rojo fueron tomados de la caja del producto.
Lo cierto es que la portada se convirtió en todo un ícono cultural. De todas las fotografías tomadas en el estudio, Duffy escogió aquella que le parecía más misteriosa y, a la vez, que evidenciaba un sentido de desamparo y tragedia en ese personaje. Además, le agregó aerosol plateado y una especie de lágrima en la clavícula que contribuyó a acentuar su origen galáctico.
En el 50 aniversario del lanzamiento de este álbum, RPP Noticias conversó con 5 músicos nacionales que compartieron sus impresiones personales sobre una de las obras maestras de David Bowie.
Ricardo Brenneisen: "El disco rompe las estructuras para darle paso a las emociones"
"Descubrí el Aladdin Sane ya tarde, por decirlo de alguna manera. Ya había empezado con esos discos que dice la gente que deberías escuchar, así que me tomé la labor de escucharlo.
Yo engancho con esta etapa de Bowie, de estos primeros años, a partir de que cae en mis manos el "Swing the Heartache" de Bauhaus y escucho el cover de Ziggy Stardust. Ahí es donde miro esa etapa primigenia de Bowie y eso es, aproximadamente, el año 95.
Es esencialmente un disco que maneja estas atmósferas siempre de menos a más en todas las canciones. Por ahí, "Panic in Detroit" es la que se sostiene de repente con una intensidad más pareja; pero, en general, todas van de menos a más".
"En las canciones se usa elementos que, si bien es cierto, para el momento, no son sonoridades nuevas, salvo por ahí algunos sintetizadores; pero creo que la novedad más alucinante que puede haber en el Aladdin Sane es la sensación de libertad, donde algunas estructuras se rompen y le dan paso a narrativas y, por lo tanto, también a las emociones.
Es bien interesante como disco de transición: no solamente tiene elementos básicos del rock n’ roll – los sonidos siguen siendo las guitarras con distorsiones y otras guitarras limpias - sino también texturas con algunos sintetizadores. Pero ya las estructuras se rompen, se quiebra el asunto para darle paso a las emociones y a la intensidad de lo que se dice. Ese creo que es el valor más importante de este disco de Bowie".
(Ricardo Brenneisen es compositor musical y vocalista de la emblemática banda Dolores Delirio, formada en 1994, con un estilo que abarca el post punk, new wave y pop rock)
Michelle Rodríguez: "Un rayo rojiazul que se dispara desde la eternidad"
"El 2023 se va perfilando como un año cargado de eventos importantes relacionados a lo artístico y cultural: Picasso, Sorolla, 100 años de “El hombre mosca”, 90 años de King Kong y 50 de “El Exorcista”.
Además de la razón de ser de este texto: los 50 años del “Aladdin Sane”, sexto disco de estudio del artista más disruptivo y desafiante dentro de un movimiento musical aún indescifrable, que dio pie a generaciones de músicos y diferentes ejecutantes que tuvieron como aporte sustancial la interconexión de diferentes disciplinas, como la actuación, el diseño de vestuario, la interpretación, entre otras características que influenciaron directamente a otros artistas, cuya música, a su vez, sonaría adelantada a su tiempo.
Figuras de la música como Robert Smith, Madonna, Billy Corgan, Dave Grohl, Björk, Lady Gaga, entre otros, tuvieron – y tienen – al “Duque Blanco” como principal influencia en sus carreras y, de manera directa, Lou Reed e Iggy Pop, a quienes Bowie alcanzó a producir material discográfico"
"Para nosotros, como proyecto musical – Rawa – consideramos que este álbum es claramente un ícono para todo aquello que queremos lograr: perfeccionamiento de nuestras composiciones, aspirar a ser musicalmente desafiantes y profesionalizar nuestra calidad como artistas. Sumado a toda aquella producción que David Bowie siempre tuvo como prioridad para la generación de su material musical y visual.
Por eso, el “Aladdin Sane” cumple medio siglo de vigencia, producto de sus hipnóticos himnos y cautivantes líricas alejadas del amor como tema principal y orientadas hacia la filosofía y la exteriorización de sus temores. Bowie se consagraba como una estrella desde antes de ser Ziggy Stardust y un rayo rojiazul que se dispara desde la eternidad hasta nuestros corazones".
(Michelle Rodríguez es vocalista de la banda post punk Rawa, trío musical compuesto también por Johans A. y Gino Medrano. Desde el 2021, han publicado 5 sencillos: "Nubes atravesadas", "Eterna", "Detenme", "Ataduras" y "Nuestras Voces". Además, han participado en el disco tributo a Los Violadores con el tema "La Era del Corregidor")
César Príncipe: "Hablar de Bowie es un abanico de posibilidades"
"Recorrer a David Bowie a través de sus producciones es un viaje interminable, una invitación a la magia musical que se transmite no solo a través de su música, sino en el concepto visual que maneja, por la energía que derrocha al cantar y en el nivel de interpretación que desarrolla en un paraíso sublime, algo que uno, como músico e intérprete, puede y desea alcanzar.
Revisando esta gran obra de Bowie, Aladdin Sane, podemos destacar el concepto de combinar el rock con toques de jazz muy marcados (a diferencia de sus otras producciones) y pinceladas de toques de guitarras setenteras muy al estilo de 1973, año en que se editó está producción.
Rescato a mi gusto el tema "Time" donde claramente destaca el gran pianista Mike Garson (así como en toda la producción), quien tiene una calidad en intensidades de toque, a lo largo de la canción, de primerísimo nivel, con pausa larga incluida cerca de los 2 minutos de duración, y la interpretación de Bowie explicando cada parte del tiempo de la vida. Ese tiempo al que, a veces, le pedimos 'que se tome un tiempo' para decidir cosas. Extraordinario trabajo en letras".
"Por otro lado, todo el concepto del disco me parece buenísimo. Rescato también temas como "The Jean Gennie", blusera por excelencia, o "Lady Grinning Soul" donde la voz del maestro Bowie se deja notar con inmejorables armonías, juegos de voces bien plantados y un trabajo de piano y guitarra que nos sorprende en, prácticamente, todo el tema.
Y el clásico de clásicos: "Aladdin Sane" que describe el tortuoso camino de un muchacho que es alistado en un batallón para acudir al llamado de la guerra. La lírica está basada en la novela 'Vile Bodies' de la escritora Evelyn Waugh, publicada en 1930. Musicalmente descubrimos que el maestro pasa por la experimentación musical en donde, nuevamente, destaca la flamante incorporación al piano del maestro Mike Garson, en una constante de preguntas y respuestas musicales en casi todo el tema, haciendo más rico el disfrutar sonoro.
No podemos dejar de comentar el trabajo de portada del disco, el cual pasó a la historia mundial de la música. Fotografía de Brian Duffy: un rayo surcando el rostro de Bowie. Esta sesión solo le tomó 2 carretes, según el mismo Duffy afirma, ya que con Bowie lo tenían, prácticamente, todo calculado.
Hablar de Bowie es un abanico de posibilidades que nos ofrece la música mundial. El camaleónico artista nos deja un mensaje claro: en la música siempre hay que arriesgarse a buscar nuevas cosas, con el fin de avanzar en un constante proceso de cambio para el beneplácito de la gente que sigue a una banda".
(César Príncipe es psicólogo de profesión y vocalista de la banda post punk "Cardenales", grupo que inició en 1987 y que, con 7 álbumes en su haber, se ha mantenido vigente durante 35 años)
Miguel Ángel Vidal: "Marcó la imagen de Bowie para la posteridad"
"Los músicos tienen etapas en su fase de composición. En Bowie, estas etapas eran bien marcadas lo cual hizo posible, a diferencia de sus coetáneos, que se mantuviera en la palestra, innovando por algo más de una década, lo cual es soberbio considerando que “dio a luz” un disco por año, desde el 69’.
En este sentido, veo en este disco una continuación del Ziggy Stardust, es como si hubiera dejado varios temas sin poder ingresar. Hubiera sido demasiado para digerir si salía un disco doble, es decir, estoy ensayando: todos los temas pertenecen a una misma etapa de composición. Se podría hablar de una trilogía: Ziggy Stardust (72’), Aladdin Sane (73’) y Pin Ups (73’).
La carátula de este disco es una reafirmación: es decir, deja muy en claro quién es Ziggy, como imagen. Esta reafirmación queda muy clara en casi todos los temas, excepto en tres canciones: "Aladdin Sane", "Time" y "Lady Grinning Soul". Estos temas marcaron en mi mente una separación, un color diferente: el trabajo musical del piano y la voz, así como la velocidad y la interpretación, los hermanaba".
"Tal vez el modo en que van apareciendo las canciones, distanciándose entre ellas, hace que el disco Aladdin Sane no se escuche muy diferente al Ziggy Stardust. Pero, definitivamente, la canción "Aladdin Sane" es una especie de intruso, alguien que viene del futuro. Es un tema distinto, muestra una estética superior a todo lo demás, es algo inubicable, rompe con lo clásico.
"Aladdin Sane" es de esas canciones que tal vez marcarían el derrotero de Bowie en los discos posteriores. Es una canción que no se presta para un concierto, pues no eleva a la audiencia sedienta de euforia. Es un tema para escucharlo en la intimidad y su presencia rebasa al propio disco en su integridad.
Sea como fuere, Aladdin Sane fue otro disco redondo que siguió manteniendo viva la imagen de Ziggy en el escenario. Y, en el futuro, marcó la imagen de David Bowie para la posteridad, enarbolándolo como un grande del rock and roll"
(Miguel Ángel Vidal es músico, compositor y vocalista de la banda de culto Voz Propia, agrupación formada en 1986, con un estilo que transita por el post punk, rock gótico y el new wave. La banda permanece activa con 37 años de historia y varios discos publicados)
Luz Cáceres (Luxsie): "Escucharlo es como si la conciencia fuera un camaleón"
"Aladdin Sane es el personaje que acompaña mi juventud, mi era más descarada como artista. Y digo descarada porque, para mí, este disco es como si en una lectura de tarot resonaras mucho con la carta del loco que significa lo espontáneo, tus sueños/ideas. Pero, más que rebelde - como así pintan a este personaje de cabello rojo y alborotado que manejaba Bowie - yo creo que es inocente, juguetón y transparente. Junto a la explosión del piano y la guitarra rock n' roll explota también en lo glam, lo que hace que disfrute de ese lado de espíritu libre que todos deseamos.
Pero, dentro de todo este desmedido descubrimiento, también hay cortes en la estructura que son lo más cercano a la caricia de mis pensamientos: es como pinchar tu cerebro y luego estar solo moviendo la cabeza al ritmo de jazz, como si tu conciencia fuera un camaleón".
"Antes de Aladdin Sane estuvo Ziggy Stardust a quien, un día, Bowie decidió matar porque ya no se reconocía en él. Eso también ha resonado conmigo, con mi personaje Luxsie en mi último single “I Have a User”, donde hay un problema con la identidad que se va creando en lo digital, pero luego no sé si lo real es el personaje o yo misma, Luz Cáceres.
Aladdin Sane y la nueva Luxsie se parecen mucho porque comparten esa fascinación de la sombra y lo abstracto de la existencia personal, de episodios de desdoblamiento de identidad. Pienso que, a veces, la performance puede llegar a revelarnos mucho de nuestro interior, como si tu máscara te diera impulso para sacar ese lado más puro y descontrolado.
Es como estar partida en dos sensaciones: o el producto o el proceso. Para mí, el producto es estar sobre el escenario y viviendo tu personaje, pero el proceso es cuando estoy en el encierro, en la intimidad. Aun así, ambos siguen siendo sensuales. Pienso que, quizá, ese delirio de la grandeza/sensibilidad se hace presente. Esos que se creen dioses, están locos".
(Luz Cáceres, 'Luxsie', es una artista sonora y visual que ha colaborado en distintos proyectos de dreampop, shoegaze y synthpop. Su música experimenta con sonidos etéreos, texturas electrónicas y conceptos basados en internet)
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