RPP Noticias conversó con Pelo D’Ambrosio y Enrique Tataje, vocalista del grupo Los Caracoles Suicidas, sobre la conexión entre la música andina y el género country, así como de la supervivencia artística en tiempos de pandemia.
Durante su adolescencia, era común que Pelo D’Ambrosio se presentara en festivales de la localidad de Pozuzo, con una armónica y una guitarra a la mano, él solo, “al estilo de Bob Dylan”, según confesó a RPP Noticias. Y lo que tocaba por aquellos años era nada menos que música country.
Tras mucho tiempo de inmersión en la música andino-peruana, el cantante huanuqueño aseguró que, hace un par de años, pudo encontrar un grupo con el que puede compartir su afición por el género surgido en Estados Unidos en los años veinte. Se trata de Los Caracoles Suicidas, agrupación con la que tuvo “un amor a primera vista”.
“Encontré [en ellos] la banda que nunca pude tener profesionalmente como country. Una banda afiatada, compacta, con la mentalidad de que sí sabían lo que querían”, aseveró el artista, quien, recientemente, colaboró con el mencionado grupo para sacar adelante una balada con aire nostálgico, cargado de folclor, llamada “Mi delirio”.
A falta de banjo, en esta canción se oye desde el principio el sonido del charango, un instrumento con el que Los Caracoles Suicidas intentan peruanizar un género marcadamente estadounidense. “Cada país le pone su estilo y color al country que hace. Meterle ciertos ingredientes andinos, como instrumentos, hace que se convierta en un género único”, señaló el vocalista Enrique Tataje al respecto.
Por su lado, D’Ambrosio puntualizó que su éxito en la música andina se lo debe al uso de “notas mayores” en sus canciones. “Y el country tiene esa peculiaridad de tener notas mayores y que sus voces sean muy armonizadas. Al country y a la música andina le debo todo y también un puntito a la cumbia, porque hizo que mi música se haga más grande”, agregó.
SOBREVIVIR A LA PANDEMIA
Fundada a fines de 2014 por el bajista Luis de la Lama, Los Caracoles Suicidas está conformado por Enrique Tataje (voz), Fernando de la Lama (batería), Luis Gonzáles (guitarra) y Rafael de la Lama (guitarra). Su singular nombre, según Tataje, surgió de un ensayo titulado “Los caracoles suicidas” y escrito por una amiga del miembro fundador.
“Los caracoles, después de una noche de lluvia, tienen el único objetivo, sin importar que algo los atropelle, de llegar a charcos para beber agua. Bajo esos términos, nos considerábamos algo así, porque lanzarte con un género súper inusual era un poco suicida, pero a la vez no nos importó, pues queríamos llegar a este charco de agua que era nuestra música”, contó.
Con tres discos en su haber —el último titulado “El apostador” y estrenado este año en medio de la pandemia—, estos caracoles encaramados sobre su música country han logrado sobrevivir a los embates del mercado peruano y la crisis sanitaria. “Estábamos invitados a México a un festival gigante de música country, teníamos los pasajes comprados y, lamentablemente, vino esto. Tenemos una revancha pendiente”, señaló el vocalista.
De igual modo, D’Ambrosio atravesó momentos difíciles durante la pandemia al ver canceladas numerosas presentaciones alrededor del mundo. “Me he deprimido mucho, porque estoy acostumbrado a viajar a tres ciudades por semana desde hace 16 años”, indicó. Además, sus músicos pasaron por problemas económicos que poco a poco han ido recuperando.
Por fortuna, el cantante huanuqueño encontró luz al final del túnel. “Yo estoy sano, disfrutando de mi cosecha, y eso me hizo reaccionar. Me hizo pensar que vivía muy acelerado. Y he aprendido mucho de internet y he empezado a digitalizar y llenar de contenido mis canales y a tener interacción con mi público. Eso es algo muy positivo”, apuntó.
Comparte esta noticia