En Enfoque de los Sábados, damnificados y autoridades locales demandaron un mayor trabajo del Gobierno central en las labores de reconstrucción.
Hoy se cumplieron dos años desde el terremoto en el sur peruano, que dejó medio millar de fallecidos, pero las labores de reconstrucción de Ica, Pisco y Chincha, las zonas más afectadas, han avanzado lentamente.
En Enfoque de los Sábados, autoridades locales y representantes de la población solicitaron al Gobierno central acelerar las labores en la zona, sobre todo, en lo referente a la construcción de viviendas para los más afectados, quienes, hasta ahora, viven en carpas y refugios.
Al respecto, Eusebio Valdez, dirigente de los damnificados del terremoto del 15 de agosto de 2007, afirmó que no se ha "hecho absolutamente nada por Ica", y denunció el abandono total en cuanto a la construcción de viviendas.
"No estamos viendo las marginales, donde existe la extrema pobreza y el abandono total en cuanto a construcción de viviendas. Yo les invitaría a salir (a las autoridades) a los pueblos jóvenes, donde las casas están destruidas, están viviendo bajo carpas, plástico, esteras, en una situación infrahumana y en un hacinamiento", declaró a RPP.
En la misma tónica, el alcalde de Pisco, Juan Mendoza, denunció que más de diez mil familias en la ciudad siguen viviendo en viviendas provisionales. El burgomaestre consideró que el Gobierno debe priorizar la construcción de "viviendas dignas" para la población afectada por el terremoto.
"A través del fondo habitacional, se han beneficiado a 300 familias, pero esas medidas paliativas no alcanzan. Tenemos más de 10 mil familias que reclaman una vivienda digna", señaló Mendoza en diálogo con RPP.
Forsur a paso de tortuga
Al poco tiempo del terremoto en el sur, se creó el Fondo para la Reconstrucción del Sur (Forsur), ente encargado para canalizar los recursos del Estado para las obras de rehabilitación en las zonas afectadas. Sin embargo, la iniciativa no ha surtido el efecto deseado en la población.
El arquitecto Juan Daniel Maguiña Roca, representante de esta entidad, reconoció que solo el 25% del presupuesto se ha utilizado debido, entre otras cosas, a trabas burocráticas. Si bien admitió que la situación no es óptima, adelantó que ha habido mejoras significativas en los últimos meses.
Sin embargo, la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, anunció que investigará el uso transparente de las donaciones e inversiones públicas en las zonas de emergencias, pues, estimó, tras su visita ha evidenciado que se necesita supervisión.
"Al menos he podido advertir que, en cuanto al manejo económico, ha habido, por decir lo menos, desorden. Se ha entregado apoyo a quien de pronto lo necesitaba menos, ha dejado de lado a quienes tenían urgencia inmediatas", denunció en RPP.
El presidente regional de Ica, Rómulo Triveño, alertó que el criticado "Bono 6.000" ha beneficiado a 23 mil 500 familias. "Sin embargo, hace falta entregar 41 mil bonos", señaló, tras recordar que el aporte se retrasó debido a denuncias sobre personas que vivían en Lima que recibieron dinero.
La mirada positiva
Pese a las necesidades y a la falta de apoyo, la población de Ica mantiene el optimismo. Al respecto, el párroco de la iglesia Señor de Luren, Adalberto Dávila, destacó que, a dos años de la tragedia, los iqueños aún tienen ganas de salir adelante.
"A pesar de los dos años que han transcurrido, la lucha por superarse continúa. El pueblo iqueño, a través de su fe ha querido hacer algo, salir adelanta. Dentro del entorno, se ha levantado una parte de Ica", dijo el sacerdote en RPP.
En Enfoque de los Sábados, autoridades locales y representantes de la población solicitaron al Gobierno central acelerar las labores en la zona, sobre todo, en lo referente a la construcción de viviendas para los más afectados, quienes, hasta ahora, viven en carpas y refugios.
Al respecto, Eusebio Valdez, dirigente de los damnificados del terremoto del 15 de agosto de 2007, afirmó que no se ha "hecho absolutamente nada por Ica", y denunció el abandono total en cuanto a la construcción de viviendas.
"No estamos viendo las marginales, donde existe la extrema pobreza y el abandono total en cuanto a construcción de viviendas. Yo les invitaría a salir (a las autoridades) a los pueblos jóvenes, donde las casas están destruidas, están viviendo bajo carpas, plástico, esteras, en una situación infrahumana y en un hacinamiento", declaró a RPP.
En la misma tónica, el alcalde de Pisco, Juan Mendoza, denunció que más de diez mil familias en la ciudad siguen viviendo en viviendas provisionales. El burgomaestre consideró que el Gobierno debe priorizar la construcción de "viviendas dignas" para la población afectada por el terremoto.
"A través del fondo habitacional, se han beneficiado a 300 familias, pero esas medidas paliativas no alcanzan. Tenemos más de 10 mil familias que reclaman una vivienda digna", señaló Mendoza en diálogo con RPP.
Forsur a paso de tortuga
Al poco tiempo del terremoto en el sur, se creó el Fondo para la Reconstrucción del Sur (Forsur), ente encargado para canalizar los recursos del Estado para las obras de rehabilitación en las zonas afectadas. Sin embargo, la iniciativa no ha surtido el efecto deseado en la población.
El arquitecto Juan Daniel Maguiña Roca, representante de esta entidad, reconoció que solo el 25% del presupuesto se ha utilizado debido, entre otras cosas, a trabas burocráticas. Si bien admitió que la situación no es óptima, adelantó que ha habido mejoras significativas en los últimos meses.
Sin embargo, la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, anunció que investigará el uso transparente de las donaciones e inversiones públicas en las zonas de emergencias, pues, estimó, tras su visita ha evidenciado que se necesita supervisión.
"Al menos he podido advertir que, en cuanto al manejo económico, ha habido, por decir lo menos, desorden. Se ha entregado apoyo a quien de pronto lo necesitaba menos, ha dejado de lado a quienes tenían urgencia inmediatas", denunció en RPP.
El presidente regional de Ica, Rómulo Triveño, alertó que el criticado "Bono 6.000" ha beneficiado a 23 mil 500 familias. "Sin embargo, hace falta entregar 41 mil bonos", señaló, tras recordar que el aporte se retrasó debido a denuncias sobre personas que vivían en Lima que recibieron dinero.
La mirada positiva
Pese a las necesidades y a la falta de apoyo, la población de Ica mantiene el optimismo. Al respecto, el párroco de la iglesia Señor de Luren, Adalberto Dávila, destacó que, a dos años de la tragedia, los iqueños aún tienen ganas de salir adelante.
"A pesar de los dos años que han transcurrido, la lucha por superarse continúa. El pueblo iqueño, a través de su fe ha querido hacer algo, salir adelanta. Dentro del entorno, se ha levantado una parte de Ica", dijo el sacerdote en RPP.
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