La intervención fue calificada como una proeza médica. La mujer agradeció a los profesionales del Hospital Almazor Aguinada.
Un hecho sin precedentes ocurrió en el Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo de Chiclayo, región Lambayeque, luego que un grupo de cirujanos plásticos le salvara la vida a una mujer que tenía senos gigantes producto de una enfermedad denominada gigantomasia bilateral (crecimiento anormal de los senos).
Los galenos realizaron la riesgosa operación por más de seis horas, ya que la paciente ingresó al hospital con una atrofia en las dos mamas, que le impedía dar de lactar a su pequeño hijo de 6 meses.
El doctor Marco Gómez Díaz, cirujano plástico del servicio de Cirugía y Reparación, contó que se trataba de una paciente que presentaba los senos muy desarrollados que habían ocasionado mucho dolor en la espalda (dorsalgia), igualmente dolor de mama (mastoidea); y la micosis que se originaba en la piel, justo en el surco mamario que le producía un gran escozor.
Detalló que luego de practicarle los exámenes preoperatorios a través de estudios por imágenes, se procedió a efectuar la cirugía a cargo de un equipo de profesionales del centro quirúrgico.
Explicó, que el peso promedio de la mama es de 400 gramos, pero cuando supera este peso se denomina hipertrofia, que puede ser: leve, moderada o severa.
Asimismo cuando el peso supera los mil gramos o sea 1 Kilo se habla de gigantomastia porque se trata de las dos mamas.
En este caso, ambas mamas tenían una longitud desde la horquilla estenal hasta el pezón de 0.46 centímetros, en mama derecha; y 0.44 centímetros, en mama izquierda; lo cual duplica la distancia normal, que debe llegar hasta 0.23 centímetros, por tal razón se evidenciaba senos y pezones debajo del ombligo.
Gómez Díaz precisó que se realizó el abordaje quirúrgico resecando 1 Kilo 510 gramos en la mama izquierda y 1 kilo 480 gramos en la mama derecha de glándula mamaria y tejido cutáneo y adiposo, con lo cual la paciente ha logrado recuperar su estado estético mamario.
La paciente de iniciales I.S.J. e 51 años, de profesión docente, agradeció a los profesionales por la exitosa operación.
“Ahora puedo trabajar tranquila, tenía un trauma y un complejo por esto que me había deprimido, hoy estoy renovada y con ganas de seguir sirviendo a mi prójimo” expresó entre lágrimas.
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