El templo de La Compañía, cúspide de una escuela arquitectónica

En Arequipa, el esplendor de la arquitectura religiosa que actualmente se aprecia en la ciudad empezó a edificarse en el siglo XVII y es considerada perfecta por los historiadores, debido a que en las construcciones se usó piedra de sillar en abundancia y muy bien colocada.

Parte de esta perfecta arquitectura la conforma el templo de La Compañía, una de las más antiguas de la ciudad. Su edificación se inició en el año de 1578 por el maestro Gaspar Báez; según nos cuenta el hermano Arístides Estela Vásquez, pero se derrumbó con el terremoto ocurrido en 1582, terminando de ser reconstruida y restaurada en el año de 1698, fecha que figura grabada en el frontis.

El templo y sus claustros constituyen una de las expresiones más bellas del arte barroco que posee Arequipa, y uno de los monumentos más representativos de la Escuela Arequipeña, una escuela que ejerció influencia no solo en iglesias construidas en alrededores de la ciudad; sino también, en toda la región sur andina hasta Potosí, en Bolivia.

Entre ellas resalta los recintos religiosos de Cayma, Yanahuara, Paucarpata y Characato, en la ciudad; además de la Catedral de Puno, Santa Cruz de Juli, Santiago de Pomata, San Pedro de Zepita y San Gerónimo de Asillo.

El templo

La fachada del templo consta de dos cuerpos. El primero está divido entre dobles columnas, hallándose en el área central la puerta principal que es de madera de cedro y está adornada con grandes clavos de la época. Las paredes adornadas también con rosetas geométricas y medallones contiene las letras SD, SF, SI Y MN, iniciales de las palabras latinas Sanctus Deus, Sanctus Fortis, Sanctus Inmortalis y Miserere Nobis (Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten misericordia de nosotros).

Mientras que en el segundo piso hay una bella hornacina que sirve de ventana, asemejándose esta  a una concha adornada con rosetas. En esta están esculpidos los anagramas de Jesús (en el centro) y María y José (en los costados), destacando a los costados figuras de águilas bicéfalas y de la insignia de los Habsburgos.

Al interior de observa una nave principal al centro y dos menores a los lados, una cúpula de media naranja, bóvedas de cañón, el santuario, la sacristía y un coro alto. Una serie de semicolumnas gruesas separan los arcos, en cuya parte posterior se observa imágenes de diversos santos.

El hermano jesuita Arístides nos cuenta que antiguamente las superficies del interior estaban recubiertas de policromías, como en la capilla de San Ignacio cuya decoración se asemeja a la de un retablo ayacuchano gigante, pero ahora solo se luce el sillar.

El retablo y el retablo de los Fundadores

El retablo del altar mayor fue edificado con piezas de cedro y roble, palos de sauce y lloque, y está bañada de pan de oro. En el centro del retablo se observa la imagen de la virgen con el niño Jesús, y a los lados las imágenes en madera policromada de San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja, considerados fundadores de La Compañía.

Asimismo, se observa las imágenes de San Joaquín y Santa Ana, padres de la virgen María, una imagen moderna del Corazón de Jesús; y sobre ella, la del Padre Eterno, flanqueado por San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

Empero, en el templo también existe otro retablo llamado el “Retablo de los Fundadores”, pues en él hay imágenes de varios santos fundadores de órdenes religiosas como Santiago, Santo Domingo de Guzmán, San Francisco de Asís, San Agustín de Hipona, San Pedro, San Juan de Dios, San Antonio Abad y San Pacomio.

En el templo destacan hermosas imágenes de santos, como la del Justo Juez, que recorre cada Martes Santo las principales calles de la Ciudad Blanca; asimismo, la de la Virgen de la Macarena, y el Señor Cautivo.

Si visitas Arequipa, no te olvides de conocer el templo de La Compañía, una de las arquitecturas religiosas más impresionantes que tiene la ciudad y se encuentra a una esquina de la Plaza de Armas.

Por: Diane Mora

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