Claudia Orellano, de 29 años, asegura que ha enviado varias quejas a Protransporte, pues no le aceptan su carné de personas discapacitadas y tiene que esperar hasta dos horas para subir a un alimentador que, además, tiene la rampa para silla de ruedas averiada.
Claudia Orellano La Rosa tiene 29 años y nació con hidrocefalia, por lo que tiene que movilizarse en una silla de ruedas especial. Trasladarse a realizar sus controles médicos, sin embargo, se ha convertido en toda una odisea, debido a que no logra encontrar alimentadores del Metropolitano que cuenten con rampas especiales para personas discapacitadas.
El pasado viernes, acudió al paradero de Matelini en compañía de su madre alrededor del medio día a esperar un alimentador. Según denunció en RPP Noticias, tuvo que esperar durante dos horas, pues pasaron cerca de 10 alimentadores que no contaban con la rampa correspondiente.
Cuando por fin llegó un vehículo, la rampa de personas discapacitadas se encontraba malograda, por lo que tanto el chofer como los pasajeros tuvieron que cargar su silla de ruedas, que asegura es bastante pesada debido a que posee dos baterías.
“Cuando llegó el alimentador con rampa estaba malogrado. (…) Me tuvieron que subir cinco pasajeros y el mismo chofer. Es incómodo para mí porque mi silla es muy pesada. (…) No es nada bueno para mí, me incomoda, me fastidia”, reclamó.
Claudia ha enviado varias quejas a Protransporte para denunciar esta situación, sin embargo, hasta hoy no obtiene respuesta. Asimismo, asegura que en el mismo paradero no quisieron aceptarle su carné del Conadis, pues le dijeron que este “no sirve” y que tiene que cambiarlo por otro.
Comparte esta noticia