Luego de su misteriosa salida del penal Santa Mónica, la prensa aún especula sobre el paradero de la joven, quien el 2005 asesinó a su madre de 64 cuchilladas.
La protagonista de uno de los casos policiales más sonados de los últimos años hoy vuelve a hacer noticia y ocupar las portadas de la prensa local: Giuliana Llamoja dejó la cárcel tras 50 meses de encierro envuelta en un halo de misterio.
La ex estudiante de derecho de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (Unifé), que en el 2005 le quitó la vida a su progenitora con 64 cuchilladas en su casa de San Juan de Miraflores, abandonó la cárcel este jueves oculta en una ambulancia, con lo cual evitó los flashes de los fotógrafos y las incisivas preguntas de decenas de reporteros que durante horas la esperaron en el Penal para Mujeres de Chorrillos.
Sin embargo, los hombres de prensa nunca desisten y fueron a buscarla al domicilio de su padre, el juez Luis Llamoja Flores, quien ha sido la pieza fundamental para que la muchacha de 22 años lograra su semilibertad tras cumplir un tercio de su condena.
La casa ubicada en la urbanización Los Cipreses, en el distrito de San Borja, se encontraba vacía y a decir del reporte de un diario local, los vecinos indicaron nadie había llegado a la vivienda esa tarde.
Como se sabe, Llamoja Hilares deberá obedecer ciertas reglas de conducta dispuestas por la titular del 28 Juzgado Penal de Lima, Sonia Salvador Ludeña. Una de ella es no cambiar de domicilio sin previo aviso al juzgado y solo pernoctar en dicha dirección, donde deberá vivir hasta cumplir toda su condena.
Asimismo, tendrá que continuar con la terapia sicológica, acreditar su ocupación laboral cada tres meses, comparecer en el juzgado cada 30 días a efecto de justificar sus actividades laborales y/o educativas y, finalmente, impedimento de salida del país.
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