Aunque haya pasado una década, Pisco e Ica aún esperan la reconstrucción de viviendas, institutos e iglesias.
Han pasado 10 años desde aquel fatídico 15 de agosto de 2007. Pisco fue el epicentro de un terremoto de 7,9 grados de magnitud que dejó 596 muertos, más de 1,200 heridos y 434 mil damnificados en seis regiones del país.
“Yo quisiera que ya los peruanos reconozcamos que hace años volteamos la página”, comentó Fernando Cillóniz, gobernador regional de Ica, quien brindó un balance a RPP luego de una década del terremoto. “La ciudad de Pisco está muy mejorada y si quedan rezagos del terremoto son por temas burocráticos, como es el caso del Palacio Municipal”.
Los olvidados. Desde el 2007 hasta hoy, Pisco e Ica, las ciudades más afectadas, han cambiado gracias a la reconstrucción de sus carreteras y viviendas. Sin embargo, para muchos vecinos queda mucho por hacer, por ejemplo cubrir las necesidades de vivienda de varios sectores de Pisco Playa cuyos habitantes no accedieron al bono de la reconstrucción por carecer de títulos de propiedad. Ahora viven en casas de madera, esteras y en algunos casos sin servicios básicos.
“Seguiremos esperando a ver qué gobierno viene y ve cómo hemos quedado. Ya nos vamos por los 10 años y hay muchas personas que no vuelven a su normalidad”, explicó Rosa Vera, vecina de Pisco Playa.
Educación en escombros. Al sur de Pisco, se encuentra la ciudad de San Clemente. En este distrito, funciona el Instituto Superior Público Carlos Medrano Vásquez que alberga a más de 300 alumnos. Los cimientos de este centro de estudios quedaron irreversiblemente dañados y a pesar de que han pasado 10 años, aún funciona en pequeñas casas de drywall.
“El Estado no tiene derecho a quitarle a los hijos de este pueblo la posibilidad de que se puedan educar aquí a bajo costo. Es la única alternativa que tiene aquí el pueblo de San Clemente como educación superior. No tienen otra”, explicó Juan Gavilano, director de la institución.
Una fe dañada. Otro punto afectado es la Iglesia Señor de Luren en Ica. Lo que queda de ella es una herida abierta en el devoto pueblo de la ciudad. Las ruinas del santuario son el más vivo recuerdo de las personas que perecieron en su interior cuando las torres y algunos muros de esta se derrumbaron.
Luego de una larga espera, han culminado las gestiones con el Ministerio de Cultura y en las próximas semanas se realizará la reconstrucción del santuario. El proyecto será financiado por la empresa privada Shougang Hierro Perú S.A.A. que invertirá más de 20 millones de soles, a través de la modalidad de obras por impuestos. Sin embargo, una década no ha sido suficiente para sanear todos los males que dejó en Pisco, Chincha e Ica aquel miércoles 15 de agosto de 2007.
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