Niños y adultos sufren sin el recurso desde hace un mes y deben comprar agua embotellada para preparar sus alimentos.
Al menos 45 familias que viven, desde hace dos años, en el albergue de damnificados “Jesús Es Mi Camino”, del distrito de Íllimo, región Lambayeque, piden el apoyo de las autoridades locales y regionales, ya que desde hace un mes no cuentan con agua potable y se ven obligados a bañarse en un canal de regadío y comprar agua en bidones hasta por 15 soles, para preparar sus alimentos.
Manuel Ternero Barreto, presidente del albergue de familias damnificadas, detalló que la empresa Prestadora del Servicio de Saneamiento de Lambayeque (EPSEL), cortó el servicio sin explicar el motivo, y pese a los constantes llamados y pedidos de ayuda, nadie les hace caso.
“A las autoridades locales, regionales de Epsel, cuando estén tomando su limonada, su agüita en su casa, acuérdense que aquí hay 80 niños, ancianos y madres gestantes que no tienen agua. Con este incesante sol, todos los días sufrimos. Se llenan la boca hablando de apoyo a los damnificados, pero los invitamos a que vengan, para que comprueben cómo vivimos”, enfatizó el dirigente.
Agua de canal de regadío
Las madres de familia lavan la ropa de sus bebés y de toda la familia con agua de un canal cercano al albergue, y los niños antes de ir al colegio, deben darse un chapuzón en este canal, que se ha convertido en la única fuente, para estas familias.
“Una ONG nos dio estos módulos, que eran para un año, porque el Estado iba a apoyarnos con casas definitivas, pero hasta ahora nada. Nosotros éramos inquilinos, quizá por eso nos han abandonado, pero nuestros niños son los que más sufren, porque como ahora compramos a 10 soles el tanquecito de agua, tenemos que utilizar la menor cantidad posible”, expresó Analí Inoñán
Se podrían quedar en la calle
Las humildes familias no solo padecen por agua, sino que además se podrían quedar en la calle, porque el dueño del terreno donde se ubican sus casas temporales, les ha comunicado que a más tardar a fines de mayo deberán abandonar el lugar.
“Primero estábamos en carpas en el parque, pero el anterior Alcalde nos reubicó aquí. Ahora el dueño del terreno ya dio plazo para salir y nos quedaremos sin nada. Necesitamos apoyo con un terreno, pero no que nos regalen, nosotros podemos trabajar y comprarlo, pero no tan caro, no estamos en condiciones de pagar 20 mil soles por un terreno”, agregó la señora María Inoñán.
Inquilinos la mayoría
En este lugar, apenas 12 familias accedieron al bono 500, y abandonaron el albergue para alquilar una casa, con el beneficio mensual que otorga el Estado. La mayoría tiene condición de inquilino y por este motivo el apoyo del Ministerio de Vivienda y otras Instituciones del Estado no prosperó.
Los pobladores llamaron al gobernador regional, Anselmo Lozano, para que visite el albergue y compruebe el abandono en el que se encuentran desde julio del 2017.
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