Con las cuatro interpelaciones programadas por el Congreso esta semana, el gabinete de Aníbal Torres alcanzará los 7 ministros (incluido él mismo) cuestionados por el Legislativo, con lo que se llegará, en total, a 14 ministros interpelados. Se trata de la cifra más alta de integrantes del Consejo de Ministros señalados en un solo periodo legislativo desde 2016.
Cuatro interpelaciones se han programado en el Congreso de la República esta semana. A la del propio premier Aníbal Torres —quien responderá sobre las "muertes y lesiones graves contra ciudadanos y efectivos de la Policía Nacional" durante la paralización de transportistas— se sumarán la de los ministros Carlos Palacios (Energía y Minas), Betssy Chávez (Trabajo) y Alfonso Chávarry (Interior).
Con estas mociones presentadas y admitidas, el gabinete de Aníbal Torres alcanzará las 7 interpelaciones a ministros de Estado, incluyendo la de él mismo. Este número supera a las 4 que enfrentaron, en su momento, tanto Guido Bellido como Mirtha Vásquez durante sus gestiones al frente de la Presidencia del Consejo de Ministros. En total, en lo que va del gobierno, 14 ministros (incluyendo el premier Torres) han recibido mociones de interpelación y uno de ellos, Juan Francisco Silva, las recibió como parte de dos gabinetes distintos.
¿Qué nos dice este récord de la actual gestión de la PCM? "Primero, que el control político en el Congreso se ha desplazado del presidente Pedro Castillo hacia sus ministros", comenta la politóloga Macarena Costa. "Antes el Congreso estaba centrado en hacer que el presidente rinda cuentas, tanto así que se presentaron dos mociones de vacancia. Ahora, está yendo por la otra vía, que es ejercer control político al entorno del presidente, es decir, su Consejo de Ministros", agrega la especialista de 50+1.
La cantidad de interpelaciones del gabinete de Aníbal Torres (7), comparada con las que enfrentó Mirtha Vásquez (4) y Guido Bellido (4) nos habla, en palabras de la politóloga Paula Távara, de que en la gestión de Vásquez y Bellido hubo un mayor intento de dialogar. "[En ese momento] la actuación del Congreso de la República todavía parecía dirigirse, por momentos, más hacia la búsqueda de la vacancia", sostiene.
La permanencia del ahora exministro de Transportes y Comunicaciones Juan Francisco Silva, quien fue interpelado dos veces y en dos gabinetes distintos (Bellido y Torres), podría explicarse desde el interés del Congreso de evitar removerlo. De hecho, a pesar de las críticas que se evidenciaron desde el primer momento, Silva se mantuvo en todos los gabinetes. Solo renunció después de dos interpelaciones y justo antes de ser censurado. "En el caso de Juan Francisco Silva en el MTC... más allá de las distintas interpelaciones [a las que se le sometió], lo cierto es que para parlamentarios de distintas tiendas [políticas] era difícil pensar en su salida, por los intereses que cada uno de ellos también defendía en torno al transporte informal. Ahora estamos ante ministros y ministras que no parecen tener ese tipo de respaldo [de congresistas] ni intereses detrás de los parlamentarios que puedan llevar a que reciban protección de ellos", explica Paula Távara.
Interpelaciones
Un detalle no menor es que con los de esta semana se alcanzarán los 14 ministros de Estado interpelados por el Congreso. Esto en poco más de 9 meses de gobierno y durante un solo periodo legislativo (un año). Para ponerlo en perspectiva, los periodos legislativos de los últimos años con más interpelaciones fueron el 2018-2019 y 2020-2021, ambos durante el gobierno pasado. El Congreso presentó, en cada uno de esos periodos, mociones de interpelación contra solo 6 ministros. Desde 2016, esa era la cantidad máxima de ministros que enfrentaron mociones de interpelación en un solo periodo legislativo. Hasta ahora, que a falta de dos meses para terminar el actual periodo, 14 ministros han sido señalados por el Parlamento.
En contraposición con la alta cantidad de interpelaciones, en lo que va de este gobierno solo se ha censurado a dos ministros: Hernán Condori Machado (Salud) y Carlos Gallardo (Educación). "Esto tiene varias explicaciones", dice Macarena Costa. "Que se apruebe una moción de interpelación no es complicado, pues se necesita solo el voto a favor de un tercio de congresistas hábiles. Una vez que el ministro es interpelado, [la censura] es un paso más en el proceso que, muchas veces, el Congreso no ha considerado necesario. Además, si estas 15 interpelaciones se hubiesen convertido en 15 censuras, el gobierno hubiera podido decir que no lo están dejando trabajar. En cambio, la interpelación es una oportunidad para ejercer función política por parte del Congreso dejando la pelota en la cancha del Ejecutivo y de la opinión pública", agrega.
Para Paula Távara, por otro lado, la alta cantidad de interpelaciones a ministros tiene que ver con que este mecanismo está más dirigido "a la ciudadanía" y a evitar "enfrentarse al Ejecutivo". "Creo que vemos más interpelaciones que censuras porque es más fácil conseguir los votos para una interpelación; y en segundo lugar porque las interpelaciones se hacen de cara a la ciudadanía, mientras que la censura ya es una situación de confrontación con el Ejecutivo (...) podríamos estar pensando en interpelaciones más 'hacia la ciudadanía' que dirigidas a ejercer el control político".
El politólogo Omar Awapara destaca el proceso de aprendizaje del Ejecutivo, que se ha visto empoderado con el paso del tiempo y menos forzado a dar un paso al costado. "Lo que pasó al inicio del gobierno con Héctor Béjar, que fue uno de los ministros interpelados que salió rápidamente, ya no está pasando con este gabinete. Ahora se muestra una mayor estabilidad en su posición [del Ejecutivo]. Y de alguna manera nos hemos acostumbrado a los escándalos y las denuncias de este gobierno, el cual muestra que está dispuesto a empujar hasta donde pueda la presencia de estos ministros [cuestionados]. Lo vemos con el propio Silva, que incluso llegó al proceso de censura y el mismo día que se votaba aceptó su renuncia. Hay un empoderamiento, aprendizaje, normalización del escándalo y de acostumbrarnos a la presencia de ciertos personajes".
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