Los 43 partidos políticos habilitados para participar en las elecciones generales 2026 tienen hasta el 2 de agosto para solicitar la inscripción formal de alianzas electorales.
Las alianzas electorales no son un fenómeno nuevo en la política peruana. Según datos del Observatorio para la Gobernabilidad del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), desde 1931 más del 60% de procesos presidenciales han contado con coaliciones electorales. En la historia reciente, la tendencia se mantuvo: desde 1990 se formaron alianzas en todos los comicios generales, con la única excepción del 2021.
¿Pero qué partidos han apostado más por esta estrategia?
Uno de ellos es el Partido Popular Cristiano (PPC), que desde 2001 ha integrado cuatro alianzas con distintas agrupaciones para elecciones generales. Para Javier Bedoya Denegri, secretario general del PPC, esta recurrencia responde a un problema de fondo: crisis del sistema de partidos en el país.
"A lo largo de los años, las alianzas han demostrado que han sido buenas ante la debilidad de los partidos políticos, debilidad de los partidos políticos que ha existido en la época de [expresidente Alberto] Fujimori y que ha sido, de alguna manera, nutrida o alimentada y fomentada por otras personas a lo largo de estos 20, 30 años, con reformas que no han servido en absolutamente nada", indicó en referencia a las reformas electorales impulsadas en 2019.

Bedoya Denegri sostuvo que las alianzas electorales se volvieron una necesidad “como consecuencia de la poca institucionalidad que existe en el país" y, sobre todo, de la escasa solidez de los partidos políticos, organizaciones que —precisa— quedaron “muy desacreditadas” tras los años noventa, una situación que, a su juicio, “se ha mantenido en el tiempo”.
"Esto ha ameritado que, ante la proliferación de partidos políticos —porque todo el mundo cree que, creando su partido político, de alguna manera ya tiene la plataforma directa a la Presidencia de la República—, y son partidos que no siguen ideas, sino que simplemente siguen a personas, o que fueron creados por personas para que los lleven a un proceso electoral. En ese sentido, desde el año 2001, se dio por conveniente aglutinar a distintas fuerzas políticas afines, de tal forma de ir juntos en un solo frente y no atomizar el voto, como hemos visto que ha pasado en los últimos años", señaló.
Según información del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), agrupaciones como Solidaridad Nacional y Somos Perú han participado en tres alianzas electorales cada una, en distintas elecciones presidenciales desde 2001. En tanto, partidos como Renovación Nacional, Acción Popular y Alianza para el Progreso han integrado coaliciones en dos oportunidades, aunque en alianzas distintas y con diferentes socios políticos.

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El papel de la alianza electoral en elecciones recientes
En cinco elecciones generales, las alianzas electorales lograron ubicarse entre las tres opciones más votadas. Además, desde 2006 —año en que se instauró la valla electoral del 5 % para acceder al Congreso—, todas las coaliciones que compitieron en comicios generales consiguieron superarla, según un estudio de la Asociación Civil Transparencia y la encuestadora Ipsos.
Pero ¿qué factores pueden definir el éxito o el fracaso de una alianza electoral? Enzo Elguera, especialista en temas electorales, lo explica:
"Aquellas alianzas que han logrado articular una propuesta común integrando liderazgos nacionales con estructuras regionales han tenido mayores posibilidades de éxito. Por el contrario, las coaliciones formadas solo por razones tácticas o para evitar la pérdida de la inscripción sin una base política real compartida han terminado siendo poco competitivas o se han disuelto antes del proceso electoral", refiere.
El 2006 fue el año con más alianzas en competencia, con un total de cinco coaliciones inscritas. En 2011 se formaron tres: Alianza por el Gran Cambio, Alianza Solidaridad Nacional y Perú Posible; mientras que en 2016 solo se constituyeron dos: Alianza Popular y Alianza para el Progreso del Perú. Todas lograron representación en el Congreso de la República.
En un escenario con 43 partidos políticos, las alianzas no solo ordenan la oferta electoral, sino que también pueden fortalecer a los partidos que las integran, señala Elguera.
"Con 43 partidos inscritos para la siguiente elección general, la fragmentación electoral es extrema. En ese contexto, la conformación de alianzas puede contribuir a ordenar el escenario político al reducir el número de ofertas electorales viables, fácil al reducir el número de ofertas electorales viables, facilitar la concentración del voto y generar colisión con mayor legitimidad y cohesión interna", sostuvo.
En una campaña marcada por la gran cantidad de partidos, las alianzas vuelven a ser clave. A pocos días del cierre del plazo para inscribir coaliciones, los partidos entran una etapa decisiva que podría no solo definir su futuro en la contienda, sino también su permanencia en la escena política.