El proyecto del congresista Edward Málaga propone eliminar la ley seca durante las elecciones. Para el politólogo Fernando Tuesta, mantenerla es un gasto innecesario para el Estado.
El congresista Edward Málaga ha presentado una ley que busca eliminar la ley seca, restricción que prohíbe la venta y consumo de bebidas alcohólicas desde las 48 horas previas a las elecciones en el Perú. ¿Sigue siendo necesaria en pleno 2026? Para el politólogo y exjefe de la ONPE, Fernando Tuesta, la medida ya no lo es.
“La ley seca se impuso cuando las elecciones duraban varios días y las mesas se instalaban en plazas. Había disturbios y violencia porque la gente tomaba y elegía en ese contexto. Hoy eso ya no ocurre, y mantener esta restricción es absurdo”, señala.
La norma fue incorporada al sistema electoral al final del siglo XX, en una época en que las elecciones podían extenderse hasta cuatro días. Los votantes acudían a locales abiertos, a veces sin control ni seguridad. El alcohol, entonces, se consideraba un factor de riesgo para la violencia o el desorden. Pero hoy, señala Tuesta, el contexto ha cambiado: las elecciones son de un solo día, en locales cerrados, bajo vigilancia policial y con fiscalización activa. El motivo original ya no existe, pero el costo se mantiene.
"En cualquier evento hay seguridad, incluso en los locales de votación. Es un costo para el Estado: hay ordenanzas municipales, fiscalizadores, todo eso cuesta. En muchos países, esa medida ya no existe", apuntó.

Silencio electoral favorece a las encuestas informales y genera desinformación, advierte Fernando Tuesta
El proyecto de ley del congresista Edward Málaga también plantea que se permita publicar encuestas hasta 24 horas antes de las elecciones pero para el politólogo, Fernando Tuesta, esta restricción lejos de proteger al votante, abre la puerta a la desinformación y favorece a las encuestadoras falsas que no tienen nada que perder.
"Lo que se ha descubierto —y es mucho más peligroso— es que ese silencio de una semana permite la aparición de encuestas 'truchas', justo antes de las elecciones. En esa última semana, son estas las que terminan imponiéndose", señaló.
La ley busca evitar que los estudios de opinión influyan en el voto ciudadano a última hora. Sin embargo, en la práctica ocurre todo lo contrario. Las encuestas serias, reguladas y con metodología clara, se retiran del espacio público, mientras que en redes sociales, grupos de WhatsApp y cadenas por mensajería circulan resultados sin fuente ni verificación, indicó Fernando Tuesta en La Rotativa del Aire.
“Las encuestadoras confiables se juegan su reputación. Si publican un resultado un día antes y este no coincide con los resultados finales, pierden credibilidad. Pero las falsas no: cambian de nombre, desaparecen. No tienen nada que arriesgar”, explica Tuesta.
El proyecto exige que las encuestas cumplan con estándares técnicos mínimos definidos por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
"La libertad de información y el derecho a votar bien informado deben pesar más que el temor al uso indebido de los datos. Con regulación técnica es posible garantizar calidad sin censura", dijo el congresista Málaga.
89% de peruanos admite no saber elegir bien a sus autoridades: ¿cómo recuperar el control ciudadano sobre la política?
El estudio nacional “¿Cómo vota el Perú?”, elaborado por Arellano Consultoría para Crecer y presentado en exclusiva por RPP señala que el 89% de los peruanos reconoce que tiene malas autoridades porque no sabe elegir bien; es decir, no solo desconfían de sus autoridades, sino que también asumen una cuota de responsabilidad en su elección.
Para el politólogo Fernando Tuesta, el dato refleja un problema estructural: la desconexión entre ciudadanía y política. “En general, hay instituciones que abogan por algo, y efectivamente es importante: hacer que los asuntos públicos interesen a la gente no solo en las elecciones, sino desde ahora", afirma.
Tuesta advierte que mantenerse informado —aunque la política no guste— es una responsabilidad clave. "Porque solo conociendo, informándose y escuchando los debates, por más que a uno no le guste la política, lo importante es entender que lo que elijamos en abril del próximo año conducirá los destinos del país y nos afectará", sostiene.
Respecto al 9% de peruanos que decide su voto por la presidencia el mismo día de la elección, Tuesta señala que esta actitud puede ser más peligrosa que el propio sistema político. Cuando los ciudadanos abandonan el espacio público por rechazo a los políticos, dejan de cumplir su función democrática más valiosa: vigilar, cuestionar y exigir transparencia a quienes gobiernan.
"Representa una preocupación real, porque una persona que deja de informarse sobre los asuntos públicos debido a su rechazo hacia los políticos, en realidad, se aleja de su rol como ciudadana o ciudadano que debe fiscalizar y controlar a quienes ejercen el poder", sentenció.
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