La muerte del presidente alemán Paul Von Hindenburg permitió a Hitler asumir el poder absoluto en Alemania en 1934. La historia de este hecho en la siguiente nota.
Fue un 2 de agosto de 1934 cuando Adolf Hitler asume el gobierno, se convierte en el dictador de Alemania y asume el nombre de Führer o 'líder'. Su ascenso fue posible gracias a la muerte del hasta entonces presidente Paul Von Hindenburg quien había confiado antes la Cancillería a Hitler. Fueron los últimos momentos del gobierno democrático antes de que se instaurase el llamado Tercer Reich que tenía como propósito prolongarse durante mil años según el dictador y que duró finalmente apenas 11.
Conflictos raciales. Uno de los personajes más controversiales de la historia tuvo una vida agitada e inestable. Hitler nació en Austria en el año 1889, cuando fue joven despertó una pasión artística que lo llevó a querer ser pintor mientras vivía de manera sumamente austera en Viena, sin embargo no alcanzó el reconocimiento y tuvo que dejarlo. Siempre desdeñó la cultura y composición étnica austríaca a la que denominó "nación mosaico" por los grupos étnicos que la conformaban, su personalidad racista fue moldeándose desde joven.
Dictadura de Hitler. Una vez que alcanzó el control total de Alemania, no dudó en eliminar a sus adversarios más cercanos y a quienes no estuvieran de acuerdo con sus políticas, a este episodio se le llamó la Noche de los cuchillos largos, donde se inicia el proceso de hostigamiento y eliminación de diferentes grupos raciales no arios y otros grupos sociales, políticos y religiosos que el Führer consideraba "enemigos de Alemania" o "razas impuras".
Medidas extremas. A partir del 2 de agosto de 1934, con la llegada de Hitler al poder absoluto se implantarían las órdenes para desarrollar los campos de concentración donde se asesinarían a judíos, comunistas y personas que profesaran diferentes credos religiosos así como a homosexuales. La Segunda Guerra Mundial estaba cerca, el rearme era, en ese entonces, una realidad.
Adoctrinamiento. Con el poder político a su disposición, Adolf Hitler empezaría a manejar un aparato demoledor que compró conciencias y cambió perspectivas. El Führer logró convencer a toda Alemania de que él era el salvador del país ante la grave crisis que se vivía en Alemania y en el mundo producto de la resaca que dejó la Gran Depresión. El partido Nazi se radicalizó y la oposición en Alemania fue desbaratada mediante el proceso denominado Gleichschaltung.
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