Tras haber adquirido a JUMP en 2018 para establecer multimodos en el transporte, Uber ha decidido eliminar gran parte de sus bicicletas eléctricas en un contexto que requiere más sistemas de micro movilidad.
Todo un escándalo ha generado en la comunidad internacional la eliminación de más de 20 mil bicicletas eléctricas JUMP, submarca de micro movilidad de Uber, como parte de un programa de reciclaje que busca reemplazar versiones del vehículo, y que coincide con el paso de propiedad de la firma a la administración de Lime, empresa de e-scooters que recibió 170 millones de dólares en una ronda de inyección financiera.
En redes sociales, diversos usuarios mostraban fotos y videos en donde aparecían lotes completos con la versión 5.5 de las bicicletas, un sistema que tenía adherida la batería de litio y que requería de una llave para extraerla. Este sistema fue reemplazado hace unos meses por la versión 5.8, que cuenta con un mecanismo simple de liberación de las baterías y que integra puntos de recarga en la ciudad para que el usuario pueda cambiar el componente de manera sencilla.
Sin embargo, la molestia viene a raíz de la necesidad de este tipo de vehículos en plena pandemia de COVID-19, y que busca promover la micro movilidad como alternativa al transporte público en las ciudades en donde JUMP y otras marcas operan.
De acuerdo con Bike Share Museum, un sitio web que recopila información sobre las bicicletas de alquiler, señalan que existía la mano de obra para remover las baterías y que también pudo haber sido aprovechada para el retiro de llantas, aros y otros repuestos.
Ex empleados de JUMP han señalado a The Verge que el equipo detrás de la implementación tecnológica de la versión 5.8 ha sido despedido y que no serán parte de la adquisición de Lime. Eso deja a la empresa scooters sin el soporte técnico para la gestión de la nueva flota.
En un comunicado compartido con ese medio, Lime señaló que ellos recibieron “decenas de miles de bicicletas eléctricas”, pero que no han reciclado ninguna de ellas y están “comprometidos a escalar el modelo y ponerlas en operación durante este momento crítico”.
Otras voces citadas en la nota mencionan que, al tener tanta propiedad intelectual y requerir servicio técnico especializado para el mantenimiento de esa versión, resultaban difíciles de entregar en donación a cualquier organización. “Dados los múltiples problemas – mantenimiento, confiabilidad, seguridad y la falta de un sistema de carga eficiente, decidimos que lo mejor era reciclarlas responsablemente”, señaló un exempleado consultado por The Verge.
Durante el tiempo de operaciones bajo Uber, JUMP abarcó un mercado de 40 ciudades en seis países con una flota de 12 mil bicicletas. En ese tiempo, la división generaba pérdidas constantes a la empresa. Este acuerdo con Lime provocó el despido de más de 400 empleados, luego de que varios ejecutivos dejaron la división de movilidad de Uber hace unos meses, incluyendo al propio CEO de JUMP, Ryan Rzepecki.
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