Los USB llaman la atención de personas que no dudan en conectar sus laptops para conocer la información que albergan. ¿A quiénes le pertenecen?
Un curioso colectivo ha popularizado que más personas incrusten USBs en paredes de las ciudades en las que viven en una muestra mundial de arte.
Así como lo lees. Varias ciudades del planeta están albergando terminales USB empotrados en paredes que invitan a las personas a conectar sus laptops para conocer la información que poseen. ¿Cómo inició este movimiento y qué datos entregan?
Un colectivo artístico
La base de este proyecto se remonta a 2010, cuando un artista digital llamado Aram Bartholl inició con ‘Dead Drops’ o buzones muertos.
El alemán se inspiró en los primeros días del espionaje cuando debías intercambiar material secreto o privado en público de diferentes formas: como colocar los documentos detrás de ladrillos o debajo de diferentes superficies.
Bartholl adaptó esta idea a una especie de búsqueda del tesoro tecnológica en la que esconde unidades flash USB en ciudades de todo el planeta incrustándolas en paredes, vallas y más. Primero pica agujeros en las paredes, coloca el dispositivo, luego rellena los huecos con concreto y, en algunos casos, pintándolos para que parezcan una parte integral del entorno.
Su proyecto fue expandiéndose y así es como más personas se han unido a este movimiento. Ellos compran estas memorias USB, le quitan todo tipo de envoltura y envuelven los componentes eléctricos en cintas aislantes.
En su interior, los usuarios añaden un fichero llamado readme.txt (léeme), donde añaden información sobre Dead Drops.
"Un Dead Drop es una pieza desnuda de tecnología de bus serie universal alimentada pasivamente incrustada en la ciudad, el único espacio público verdadero", se puede leer en parte del documento.
Eso sí, no todos los usuarios son inocentes. Reportes de medios como The Guardian señalan que muchas personas han añadido otros documentos a los USB como planes para crear bombas en Alemania.
A todo esto, ¿cómo son leídos? El plan es incrustar los USB en una altura mediana para que los curiosos traigan sus computadoras portátiles y puedan conectarlos. Claro está, esta práctica también puede ser peligrosa: supuestos simpatizantes con la medida pueden plantar malware en los terminales, atacando a las laptops que se conecten.
¿Cómo unirse?
Hasta la fecha, hay más de 2200 USB empotrados en el mundo, con mayor proporción en Estados Unidos y la región europea.
En Sudamérica solo existen Dead Drops en Brasil.
Si estás interesado en participar, puedes unirte a su página web y seguir las instrucciones. Además de colocar tu USB en una pared, también debes registrarlo añadiendo fotos de su localización y dar las coordenadas de dónde se encuentra.
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