NIUSGEEK tiene un Mi Note 10, el smartphone de gama media alta de Xiaomi con un sensor fotográfico de 108 megapíxeles y un diseño premium que resalta sus bordes curvos en pantalla.
No hay dudas de que Xiaomi mantiene, de momento, un camino sin sobresaltos con la crítica. Los usuarios suelen destacar la famosa relación “calidad – precio” en las gamas de menor costo, mientras que la prensa destaca como positiva la capacidad de entregar mejores componentes a un costo competitivo tras semanas de prueba. Tengo a prueba un Mi Note 10 y creo que, por primera vez, Xiaomi deshace ese desbalance. Esta es mi reseña del equipo, tras nueve semanas de uso.
Estas son las especificaciones del Mi Note 10:
Diseño muy bien logrado
Estamos ante un equipo que, con el perdón del propio Mi 9 de gama alta, representa el punto más alto en la construcción de Xiaomi. Estamos ante un sándwich de vidrio muy bien ensamblado, que destaca en esa difícil unión entre el panel y el borde.
Los botones están ubicados a la derecha del panel, mientras que en la parte inferior reunimos al puerto USB-C, el ingreso para audífonos y el parlante. En la parte superior, el emisor infrarrojo nos permite utilizar nuestro teléfono como control remoto.
Eso sí, prepara el paño de microfibra más efectivo que tengas, pues este Mi Note 10 es peor que la NSA para obtener tus huellas. El arreglo de cámaras incluye un curioso sistema de flash: uno para luz más intensa – que va por defecto – y otro que se usa como difusor para luces suaves.
Lo malo de este diseño es que suele ser un smartphone resbaloso. Debo confesar que el que ves en fotos es el segundo equipo que probé, pues el primero se me resbaló de una mesa cuando estuve en San Francisco. Ponle un case.
Es un lindo equipo. Si puedes, pídelo en verde.
La pantalla con más conflictos
A pesar de ser exuberante, la pantalla AMOLED de 6,47 pulgadas en este equipo me ha dado ciertos dolores de cabeza.
Por un lado, el diseño de los bordes es maravilloso, pero respondía a varios “toques fantasmas” al momento de jugar. En el caso de Pokémon GO, por ejemplo, en medio de una pelea con el Team GO Rocket el panel asumía que el swipe para cargar el ataque era un pedido para salir del juego. Era muy molesto.
El otro problema que tuve, y que también le tocó vivir a un amigo YouTuber, es la poca capacidad de respuesta de la pantalla a escribir. Solía tener problemas con Swiftkey y Gboard, el teclado que viene por defecto en el quipo.
En concreto, no registraba mis toques voluntarios y respondía a mis toques involuntarios. Fuera de eso, el color de la pantalla es tremendo, y el nivel de contraste es muy placentero también.
La potencia bajo la luz es de 600 nits y está reforzada con Corning Gorilla Glass 5, además de ser compatible con HDR10 y tener certificación de color DCI-P3.
Un software sin sorpresas
Podemos estar de acuerdo en que la relación “calidad precio” se centra en el hardware. En el caso del software, empujado por MIUI 11 vistiendo Android 9, no vemos un esmero de Xiaomi por diferenciar en utilidad a sus gamas. Eso es bueno y malo.
Es bueno porque, en cualquier equipo de cualquier precio, vas a encontrar la misma experiencia de uso, casi como ocurre en Apple. Sin embargo, probando estos equipos siento que no necesito gastar tanto en un Mi Note 10 que puede resolver los problemas que también resuelve un Redmi Note 7.
Encontramos, básicamente, lo mismo que indexamos en cada reseña que hacemos de la marca china. Esa reseña del Xiaomi Mi 9T nos ha aliviado mucho el trabajo en este campo. Y eso, reitero, es bueno y malo al mismo tiempo.
Cinco cámaras con menos de 108 sorpresas
Entiendo la fascinación de mucha gente por GCam, la aplicación de Google para sus teléfonos Pixel. Y hasta cierto punto comparto la necesidad de liberar esa herramienta plagada de ventajas por sobre las apps preinstaladas. Pero, siendo honestos, con lo que tienes a mano vas bien.
Partamos por lo más importante de esta configuración de cámaras: el sensor de 108 MP. Este ISOCELL Bright HMX fue presentado en agosto de 2019, como parte de un trabajo colaborativo entre Samsung y Xiaomi. De hecho, es el mismo sensor que lleva el S20 ultra, así que tienes la misma tecnología que el celular ultra premium de los surcoreanos en este Mi Note 10. La diferencia es el software, y en ese punto Samsung ha sabido meterle más mano. He probado los dos, y puedo decirlo honestamente.
Volviendo al tema técnico, Xiaomi agrupa de a 4 los pixeles de este sensor monstruoso de 1/1,33 pulgadas y apertura 1.7, con estabilización óptica de 4 ejes. La agrupación de pixeles es una estrategia muy usada en los smartphones actuales, pues le da más información al sensor para agrupar más detalle en una foto de menos peso. Esto le permite al equipo recibir más información. En la práctica, tenemos buenas fotos.
En simple. En lugar de recibir información lumínica por un pixel – lo usual -, este sensor convierte la info de 4 pixeles en uno solo y cada pixel tiene 4 veces más información. ¿Por qué digo, entonces, que Samsung ha aprovechado mejor este tema? Porque agrupa de a nueve, con el proceso nona-bining. Bueno, el nuevo P40 Pro de Huawei lo hace en 16 pero con un sensor de 50 MP.
Aquí quiero ir disparando atributos y carencias de manera general para no entrar en detalles técnicos.
Gran manejo de la profundidad de campo. El sensor principal es capaz de captar mucha información de distancia del objeto, y nos permite obtener una muy corta profundidad de campo con su apertura 1.7
El zoom va bien, pero no jala tanto. Frente al sistema de cámaras de Samsung, notamos el tema de implementación por marcas. Aquí Xiaomi se queda realmente corto en calidad, color y detalle.
El modo “retrato” es lo mejor del equipo. Contra mi propia costumbre, disfruté mucho este apartado en el equipo. El ingreso de luz es muy bueno y el reconocimiento por zonas también. En cualquier momento del día eres capaz de obtener un “bokeh” muy bien trabajado. Una grata sorpresa.
El HDR es demencialmente bueno. Aunque solo podemos apreciar su potencial en el lente principal, el resultado obtenido es muy bueno en color, manejo del detalle, contraste y control de sombras y luces.
Olvídate del macro. Nunca lo uses. Le resta calidad al concepto de cámaras que tenía el equipo. No te gastes. En serio.
Un gran angular por encima del promedio. Va bien, sobre todo en momentos con mucha luz. Es un poco impredecible en calidad de color, pero cumple su función.
La noche es inestable. Para el modo noche, aún hay algunos ajustes por hacer. Si bien reacciona rápido en el proceso, el ajuste de parámetros no está a la misma velocidad del obturador, y nos da unas fotos algo más barridas.
En video, el resultado es este:
En el tema de la cámara delantera, pues he tenido aciertos y pelotas a la tribuna. Por un lado, un modo retrato que fuerza bien el desenfoque cuando no tenemos fuente directa de contraluz, además de un buen manejo de color. Sin embargo, la necesidad del lente por iluminar el rostro descompensa mucho el resultado de días muy luminosos.
Es un buen juego de lentes, y he disfrutado usarlos. Creo que Xiaomi se aleja del segmento en el que compite, pero no logra hacerlo por mucho. El software es un tema por mejorar con tremendo hardware.
Todo lo que necesitas en rendimiento
Es un equipo con pocas desventajas, como la inclusión de un slot para microSD. Quizás la gran limitación del equipo sea la memoria UFS 2.0, que retarda la velocidad de lectura y escritura en el equipo, pero eso no lo vas a notar nunca si vienes de gamas menores.
Fuera de eso, el procesador 730G y los 6GB de RAM son un combo que va muy bien en la multitarea y el regreso a escritorio. Para juegos, el Boost de juegos mejora la calidad gráfica y las interacciones accidentales con otras apps. Sin embargo, reitero mi molestia con los toques involuntarios de pantalla que activan otras opciones.
En tema de conectividad, tenemos todos los checks: radio FM, NFC, Bluetooth 5 y banda dual WiFi. Punto extra por el infrarrojo. La calidad de las llamadas va bien, y estuve probando el roaming durante el viaje a San Francisco en febrero pasado, y realmente funciona sin problemas.
La seguridad es eficiente, tanto en el sensor de huellas como en el desbloqueo facial. Este último es muy veloz, incluso más que el propio sensor bajo pantalla. Lo que sí extrañe es un sistema estéreo de parlantes para la multimedia. Equipos como el Pixel 3a llevan uno a un precio menor, y aquí carecemos de un estupendo complemento al panel AMOLED. Y, frente a otros sistemas con una sola bocina, este equipo no suena tan bien y carece de definición pasando el 65% de volumen.
Entiendo que hay ciertas concesiones que se han tenido que hacer, pero hay varios detalles que inclinan la balanza a favor del Redmi Note 8 Pro.
Más número con un poco menos de poder
Una cifra como 5260 mAh no pasa desapercibida, y resulta llamativa en un equipo de este fuste. En mis pruebas, he demandado al equipo con un juego muy demandante como Pokémon GO y mi uso constante de multimedia y trabajo diario. En esa rutina, obtuve lo mismo que obtuve con el Redmi Note 8 Pro. Ni más ni menos.
Si el numero es más grande ¿por qué el rendimiento representa menos? Pues porque tenemos otros componentes y más trabajo. Su standby es fenomenal, pero casi nunca dejé descansar al equipo. Desde las 6:20 de la mañana llegaba a casa a conectarme a la pared a golpe de 8pm con 4:40 horas de pantalla.
Si juntas un sensor de 108 megapixeles, una velocidad de transferencia de datos como la del UFS 2.0 y un procesador 730G con 6GB de RAM bajo un AMOLED, pues sí va a demandar energía. El número es grande, pero no bajo la perspectiva “más días sin carga”, sino para “más trabajo pesado en un horario regular”.
¿Vale la pena?
Aquí viene lo complicado. Si vemos en detalle todo, no existe un equipo con estas credenciales de cámara y rendimiento. Punto para Xiaomi. Sin embargo, un precio de venta de 435 dólares en Amazon - en Perú se vende a 2,099 soles - lo pone en perspectiva contra otros equipos. El s10e de Samsung, con 40 dólares más, resulta una apuesta mejor en software y hardware. El propio A70 puede plantarle cara, aunque sin el poderoso sensor de 108 MP, a 100 dólares menos.
No quiero desmerecer lo logrado por Xiaomi con este teléfono, pero ya estamos notando cómo el slogan “calidad precio” se va ajustando a la gama media pura, en donde la marca china se impone sin problemas. En los mercados más altos, este trade off de soluciones se complica.
Es un gran teléfono, pero carece de ciertas soluciones que uno asume que tiene al costo final. Si sabes a lo que vas, ve por él. No lo recomendaría para experimentar, sino para usar de manera consistente. Es un equipo con enormes cualidades, pero tendrás que desarrollar cierto nivel de paciencia para convivir con él en tu bolsillo.
* Equipo cedido a préstamo por Xiaomí Perú desde el 22 de enero hasta la publicación de esta reseña
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