Una medida del presidente brasileño Jair Bolsonaro prohíbe a las empresas tecnológicas de redes sociales aplicar sus controles ante las noticias falsas.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha firmado un decreto polémico, que busca frenar los controles que las empresas de tecnología han implementado para la difusión de noticias falsas. Una modificación a la Ley 12965 del 2014, que establece los principios y las garantías para el uso de la Internet en ese país, las empresas tecnológicas no podrán eliminar contenido proclive a “censura política, ideológica, religiosa, científica o artística”.
La medida, promulgada el pasado 6 de setiembre, se presenta en un contexto adverso para la reelección del actual mandatario. Parte del discurso de Bolsonaro en redes sociales se centra en que sólo podría perder las elecciones si el proceso estuviese amañado, una estrategia similar a la asumida por el expresidente estadounidense Donald Trump y otros grupos de “ultraderecha”.
Según la nueva política, las empresas de tecnología pueden eliminar publicaciones solo si involucran ciertos temas descritos en la medida, como desnudez, drogas y violencia, o si fomentan el crimen o violan los derechos de autor. En el caso de un contenido discutible de carácter político, científico o ideológico, las empresas deben obtener una orden judicial.
Además de limitar qué tipo de publicaciones pueden eliminar las empresas, la modificación a la ley señala también que las empresas de tecnología deben justificar la eliminación de cualquier publicación o cuenta, incluso aquellas que involucran las excepciones protegidas. Luego, el gobierno puede obligar a las empresas a restaurar la publicación o la cuenta si decide que la eliminación no estaba justificada.
Las redes sociales, noticias falsas y pandemia
La pandemia ha sido un tema importante de desinformación durante el gobierno de Bolsonaro. Trasnacionales tecnológicas como Facebook, Twitter y YouTube tuvieron que dar de baja material que promocionaba medicamentos como curas para el coronavirus y que no habían sido probados o certificados con ese fin.
Las empresas de Silicon Valley asumieron el reto de implementar algoritmos que localicen publicaciones con noticias falsas y añadir una serie de rótulos de verificación. Esta medida se aplicó con firmeza en cuentas que malinformaban sobre la pandemia, el nuevo orden mundial, el 5G y la eficiencia de las vacunas.
Parte de este proceso de seguimiento a las noticias falsas o sin verificar provocó el bloqueo de las cuentas personales del expresidente Donald Trump en Twitter y Facebook.
Las empresas de tecnología criticaron la nueva política aplicada en Brasil. Facebook señaló que la "medida obstaculiza significativamente nuestra capacidad para limitar el abuso en nuestras plataformas" y que la empresa está de acuerdo "con expertos y especialistas legales que ven la medida como una violación de los derechos constitucionales".
Twitter mencionó que la política transforma la ley de Internet existente en Brasil, "además de socavar los valores y el consenso sobre el que se construyó".
YouTube ha sido más cauta en su reacción: "Continuaremos dejando en claro la importancia de nuestras políticas y los riesgos para nuestros usuarios y creadores si no podemos hacerlos cumplir", precisó la empresa.
La “extrema derecha” y Silicon Valley
La crítica contra Facebook, Twitter, YouTube y otras redes sociales se ha incrementado en los últimos meses desde representantes de la derecha ultraconservadora en distintos lugares del mundo. Políticos y expertos de esta tendencia señalan que las empresas de tecnología censuran sistemáticamente sus voces, por lo que han buscado estrategias nacionales para bloquear la eliminación automática de posts.
El gobierno brasileño dijo en su publicación en Twitter que estaba "tomando el liderazgo mundial en la defensa de la libertad de expresión en las redes sociales y la protección del derecho de los ciudadanos a la libertad de pensamiento y expresión".
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