El presidente electo, Donald Trump, planea recurrir a una ley federal que condiciona la emisión de visas para presionar a países a aceptar inmigrantes deportados.
Donald Trump, próximo a asumir la presidencia de Estados Unidos, ha renovado su promesa de implementar una deportación masiva de inmigrantes. Sin embargo, lograr que los países acepten a sus ciudadanos deportados presenta un desafío logístico y diplomático significativo. Para sortear esta dificultad, el presidente electo podría invocar la Ley de Inmigración y Nacionalidad (también conocida como INA), utilizando la concesión de visas como una herramienta coercitiva.
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La estrategia detrás de la presión con visas
El mecanismo clave se encuentra en la Sección 243(d) de la INA, que permite al Departamento de Estado suspender la emisión de visas a los ciudadanos de países que se nieguen a aceptar deportados. Según el proyecto conservador Project 2025, esta medida busca obligar a los gobiernos extranjeros a colaborar con las autoridades estadounidenses.
Entre los países que se han resistido a aceptar deportaciones figuran China, India y Venezuela. En respuesta, la administración Trump podría cortar el acceso a visas temporales y permanentes, como las de estudiantes, trabajadores temporales y turistas, afectando severamente los flujos migratorios y las relaciones bilaterales.
La implementación de esta ley podría alterar drásticamente el sistema de visas estadounidense. En el año fiscal 2024, Estados Unidos emitió un récord de 11.5 millones de visas, siendo México, India, Brasil, Colombia y China los mayores receptores de estos documentos. Limitar el acceso a visas afectaría tanto a los ciudadanos de estos países como a sectores clave en Estados Unidos, como el agrícola y el educativo.
El precedente de sanciones similares
Durante su primer mandato, Trump ya utilizó aranceles para presionar a países como México y Canadá en temas de migración. Ahora, su equipo, que incluye a figuras como Tom Homan y Stephen Miller, busca aplicar medidas más agresivas, destacando las sanciones de visas como una herramienta diplomática efectiva.
Si se aplica, esta política podría generar tensiones internacionales significativas. Países afectados tendrían que decidir entre cooperar con las deportaciones o arriesgarse a perder acceso a los beneficios que ofrece el sistema de visas estadounidense, lo que incluiría desde acuerdos comerciales hasta programas educativos.
Video: YouTube | Univision Noticias
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