Con tan solo 21 años, Michell no solo cruzó el Darién, una de las rutas migratorias más peligrosas, sino que logró abrirse camino en el modelaje hasta debutar en la pasarela de Agatha Ruiz de la Prada.
Michell Stella nació en un pequeño pueblo rural de Venezuela y, desde niño, soñaba con el modelaje. Sin embargo, enfrentó discriminación y rechazo debido a su identidad y su forma de expresarse. Al tomar la decisión de emigrar, Michell cruzó el Darién, un paso peligroso que conecta Colombia con Panamá, donde enfrentó situaciones extremas. Durante casi seis días, avanzó entre selvas y ríos, enfrentándose a la falta de comida y a escenas desgarradoras. Según relata a en una entrevista para la BBC, cruzar el Darién fue un acto de supervivencia, y cada paso lo acercaba a su objetivo de modelar.
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Un sueño que nació en su infancia
Desde joven, Michell se refugiaba en su habitación para experimentar con faldas y tacones, soñando en silencio con desfilar en Nueva York. Esto lo llevó a enfrentar bullying y maltratos. Sin embargo, lejos de desanimarse, Michell transformó esas experiencias en una fuente de motivación. Recordando esos días, compartió en redes sociales un emotivo mensaje: “Aquel niño que soñaba en secreto hoy ve cumplido su deseo de ser modelo en Nueva York”.
Cuando finalmente llegó a Estados Unidos, Michell enfrentó nuevos desafíos, incluyendo el idioma y la necesidad de encontrar empleo. Para sostenerse, tomó varios trabajos en restaurantes, lo que le permitió ahorrar y comenzar a regularizar su estatus migratorio. En un giro inesperado, una cazatalentos lo descubrió mientras grababa un video en Times Square, lo que le abrió la puerta hacia el mundo del modelaje profesional. Michell se unió a una agencia en Nueva York y, poco a poco, comenzó a hacer realidad su sueño.
Su debut en la Semana de la Moda de Nueva York
Michell se convirtió en el primer modelo no binario en desfilar para Agatha Ruiz de la Prada durante la Semana de la Moda, un logro que marca un hito en la inclusión y la diversidad en el mundo de la moda. Con su labial rojo y tacones, Michell desfiló con orgullo, recordando cada obstáculo superado. Este momento no solo fue un logro profesional, sino también una reivindicación personal de su identidad y autenticidad.
Para Michell, el modelaje es mucho más que una carrera: es su forma de expresarse y de validar su identidad. En sus redes sociales, Michell ha compartido su historia, inspirando a miles de personas que ven en él un ejemplo de resiliencia y autenticidad. Con casi 36 mil seguidores en Instagram, continúa compartiendo su vida en Nueva York y alentando a otros a luchar por sus sueños. Su historia es un recordatorio poderoso de que, con esfuerzo y valentía, cualquier sueño puede hacerse realidad.
Video: YouTube | Noticias Telemundo
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