La mentira patológica, conocida como mitomanía corresponde a un cuadro anómalo caracterizado por la fabricación constante de falsedades.
A veces decir la verdad resulta un poco complicado, sobre todo cuando no queremos dañar a la otra persona; sin embargo, el hecho de ocultar ciertas cosas pueden deteriorar una relación cuando se llega a descubrir la verdad.
Sin embargo, para algunas personas el omitir algún suceso o tergiversar la realidad se ha convertido en un comportamiento recurrente. Si bien todos hemos mentido alguna vez, cuando este comportamiento se transforma en algo compulsivo y repetitivo, pasa a ser una patología.
Ana María Salinas, directora del Servicio de Psicología Integral SPI de la Universidad del Desarrollo de Santiago, dijo al portal BioBio de Chile que “la mentira patológica, conocida como mitomanía corresponde a un cuadro anómalo caracterizado por la fabricación constante de falsedades, donde su contenido y extensión es desproporcionada para cualquier finalidad que se pretenda alcanzar. En su formulación, hay una intención de engaño que a la persona le resulta difícil controlar”.
Según el psicólogo Charles V. Ford, en su libro “Mentiras! Mentiras!! Mentiras!!!: La psicología del engaño”, detalla que el 40% de las personas mentirosas patológicas, tienen un historial de anormalidad cerebral y presentan discrepancias de rendimiento verbal.
Pese a la falta de investigaciones en el tema, el autor en su texto manifiesta que existen seis señales que permiten reconocer a una persona que es mitómana compulsiva o patológica.
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