Consultar Facebook desde la cama. Un trabajo de la Universidad de Pittsburgh, financiado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, determinó que el estar conectado mucho tiempo a las redes sociales nos hace más propensos a sufrir trastornos del sueño. "Cada dispositivo electrónico en la habitación reduce media hora el sueño de los adolescentes", asegura el investigador de la Universidad de Harvard Charles Czeisler. De igual forma, el descanso de los adultos se perjudica por la luz de onda corta de los dispositivos electrónicos. |
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Rociarse con aroma de lavanda. El aceite esencial de esta planta puede volverse un fuerte alergeno al reaccionar con el oxígeno, según la investigadora Lina Hagvall, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). De allí que algunas personas más sensibles sientan picor e irritación en la piel cuando se exponen al compuesto. |
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Quedarse pegado a la silla. Permanecer sentado durante casi toda la jornada laboral, puede suponer mayores riesgo de problemas circulatorios. “El mero hecho de estar sentados eleva el riesgo cardiovascular, aunque vayamos al gimnasio o hagamos actividad física en las horas posteriores”, sostiene Francisco Guillén, jefe del Servicio de Medicina Preventiva de la Clínica Universidad de Navarra. El médico recomienda ponerse de pie al menos dos minutos cada hora. |
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Frotarse los ojos. Frotarse los ojos al despertar o al estar frente al ordenador, puede deformar la córnea y favorecer la aparición de queratocono (que causa visión distorsionada y borrosa, miopía y astigmatismo, difíciles de corregir con gafas). "El frotamiento provoca una ligera inflamación de la córnea, que no llega a producir enrojecimiento del ojo pero sí es suficiente para activar las moléculas que causan inflamación y degeneración del colágeno”, señala Nicolás López Ferrando, jefe de Oftalmología del Hospital General de Villalba. |
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No lavarse bien las manos. Por más apurado que estés, no dejes de lavarte las manos luego de ir al baño, porque el no hacerlo favorece la propagación de gérmenes en todas las cosas que tocas inmediatamente. La forma adecuada de este aseo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), consiste en frotar las manos con jabón durante 15 segundos, incluyendo uñas, espacios entre los dedos y muñecas, enjuagar y secar con papel. |
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Tener todo el día el móvil sujeto. Los dispositivos electrónicos pueden desprender metales como cobre o niquel y provocar dermatitis de contacto en cara, manos, orejas y el cuello, concluye un estudio realizado en las universidades de Copenhague, Loma Linda y Arizona. Estar pendiente del smartphone también puede predisponernos a la 'ringsiedad', que es la percepción permanente de que el celular está sonando cuando no lo está. Según el diario 'Cyberpsychology, Behavior and Social Networking', este trastorno es puerta abierta para el estrés, problemas de sueño y dolor de cabeza. |
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Olvidar las lágrimas artificiales en casa. No deben dejar de usarlas las personas que utilizan lentes de contacto como una forma de protección ocular a la otra de introducir la lentilla. Además, las personas que sufren de sequedad en la vista, deben cumplir con el uso del tipo de lágrima que aconseja el especialista. |
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Por acción u omisión podemos caer en algunos hábitos perjudiciales para la salud, que a la larga nos pueden pasar factura. Y es que quizá no lo hemos percibido, pero todos los días nos exponemos a circunstancias que nos hacen caer en actos que dañan nuestra salud. Desde dormir en exceso a diario o frotarnos los ojos al despertar. En ese sentido, un artículo del espacio Buena Vida de El País de España elaboró una lista de 8 errores cotidianos que se pueden cometer apenas despertamos por la mañana, en base a algunas investigaciones y consultas con especialistas.