Un grupo de científicos ha elaborado un método basado en la termografía que puede determinar objetivamente si una persona está enamorada o no.
Científicos de la Universidad de Granada (España) han desarrollado un método basado en la termografía, que permite determinar objetivamente si una persona está enamorada o no. Concretamente, han comprobado que el cuerpo sufre cambios de temperatura cuando contemplamos la imagen de la persona que amamos.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de 60 personas sanas, entre hombres y mujeres de 24 a 47 años que dijeron estar muy enamorados y haber iniciado una relación pocas semanas antes. Luego ingresaron al Laboratorio de Termografía de la universidad donde permanecieron desnudos por 20 minutos para aclimatarse y luego se les midió su temperatura base.
Tras ello fueron divididos en dos grupos. El experimental veía fotos de su relación escogidas por ellos mismos, mientras que el de control contempló fotos de amigos y familiares, las cuales generan ansiedad del denominado Sistema Internacional de Imágenes Afectivas.
Los resultados revelaron diferencias térmicas entre ambos grupos. Específicamente, los del grupo experimental sufrieron entre uno o dos grados de elevación de la temperatura en las mejillas, las manos, la zona de la boca, el pecho y los genitales. Mientras que los del grupo de control, aunque si tuvieron una respuesta emocional, como ansiedad, calma o empatía, nunca fue romántica y no sufrieron cambios de temperatura.
Cabe destacar que en los últimos años los investigadores del Laboratorio de Termografia han logrado construir el mapa térmico de sentimientos complejos como el amor, la felicidad o la empatía, pero también de emociones básicas como la alegría, la tristeza, el miedo o la ira.
"La termografía nos indica que la pasión sube la temperatura en las manos y la cara, mientras que la empatía (la capacidad de sintonizar con el otro como sujeto, no solo como objeto de deseo) la baja, sobre todo en la nariz", explica el profesor Emilio Gómez Milán, uno de los encargados del laboratorio. Es como si la pasión fuera un acelerador que encendiera nuestro cuerpo y la empatía, un freno de la activación, explica el investigador.
Actualmente, los investigadores de la Universidad de Granada vienen trabajando en otra técnica conocida como #prueba del agua fría", consistente en meter la mano dominante (zurdo o diestro) en un recipiente con agua a cero grados durante dos minutos. Luego la mano se seca y es grabada con la cámara térmica por seis minutos, que es el tiempo medio en el que se recupera la temperatura.
No obstante, los autores han observado que cuando las personas enamoradas miran fotos de su amada durante la recuperación térmica, esta se acelera y se completa en solo cuatro minutos, pues el amor acelera la vasodilatación, mientras que ver imágenes que generan ansiedad demora la recuperación térmica, al generar vasoconstricción.
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