Todos tenemos por lo menos un factor de riesgo. Algunos, como la herencia genética, no se puede cambiar. Sin embargo, otros factores pueden ser controlados a través de las decisiones que tomamos todos los días´, añaden.
La calidad de nuestra vejez depende de cómo nos cuidamos durante la juventud. Esto quiere decir que los hábitos que tenemos ahora, eventualmente van a repercutir en nuestra salud.
En este sentido, la fundación canadiense Heart&Stroke impulsa un movimiento para que las personas cambien sus malos hábitos y así puedan llegar a la tercera edad en buen estado.
“Podemos comenzar ahora para asegurar que la última década nos dediquemos a hacer las cosas que nos gustan hacer, como viajar, pasar el tiempo con la familia, o disfrutar de aficiones”, señalan.
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