Aunque se solía pensar que la siesta aumentaba el riesgo de ataques al corazón, muchos estudios científicos lo han desmentido y aseguran que tiene grandes beneficios para la salud física y mental.
La siesta es una costumbre consistente en dormir algunos minutos (media hora por lo general, aunque puede durar un par de horas) después de almorzar, con el propósito de reunir energías para el resto de la jornada.
Normalmente, después de almorzar se produce un descenso de la sangre desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provocaba una consiguiente somnolencia.
En ese sentido, está demostrado científicamente que una siesta mejora la salud en general, previene el agobio, la presión y/o el estrés. Además, favorece la memoria y los mecanismos de aprendizaje y ayuda a prolongar la jornada de trabajo al poderse resistir sin sueño hasta altas horas de la noche con poca fatiga acumulada.
Por ello, el portal español ABC.es recopiló información científica para dar a conocer las diez razones científicamente comprobadas por las que es bueno dormir una siesta.
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